Calmando el espíritu [Día 2 de Marzo, por la mañana]

-Entiendo, o sea que lo que te ha molestado es que gen ha hecho el rito de formalidad sin haberte saludado.

La miré pensativa, ¿tan difícil era de entender?

-Dála un abrazo. Así la saludas y la pides perdón... -¿estaba de broma?- así olvidamos el asunto y podemos aprobechar la mañana... -¿estaba escuchando bien? O sea no es que fuera un problema complicado ni mucho menos, pero no había que llegar a esos extremos.

-No pienso cumplir esa sugerencia, teniente -por un lado la respuesta de Gen me alivió por la otra no, me olía que no iba a querer dar su brazo a torcer- La ley de la corte me permite elejir, como varón, a quien demuestro dejo de demostrar afecto estando fuera de una misión, siendo un derecho inalienable lo anteriormente estipulado -bueno el otro, estaba sacando las leyes de casilla...

-Y es más, no le debo ninguna disculpa a la señorita Iwashiro -arqueé las cejas decepcionada y ahora sí, enfadada- Pese a que hayamos trabado una cierta relación de camaradería, el protocolo es el protocolo. En la situación en la que estábamos y sabiendo que yo aun no me había presentado a usted, era lo correcto actuar como actué.

¿Camaradería? ¿En serio creía que le pedía que me saludara como una persona normal por camaradería? En fin... yo me di la vuelta con disposición de irme, no tenía intención de seguir escuchando semejantes burradas.

-Cuando un decimoquinto oficial llega a un lugar y en este hay un teninte y oficiales de rango inferior al suyo, el decimoquinto saludará al teniente y los de rango inferior, a el, teniendo en cuenta que el teniente no se haya movido de la ubicación inicial. Usted debería saberlo, señorita Iwashiro. Sin las leyes y las normas, no seríamos mejores que los espectros a los que combatimos.

-Pues nada Gen-Chin -dije sin darme la vuelta- el día que te manden que te tires de un precipicio, espero que lo hagas sin rechistar, tanto que dices de seguir el protocolo y las leyes. Aunque seamos Shinigamis seguimos siendo personas con pensamiento propio, no somos máquinas al servicio total de nadie, no te mereces el rango que tienes si no sabes eso.

Una cosa era seguir leyes y otra cosa hacerlas a pies juntillas, de todas formas no tenía porque decir nada más, cada uno éramos libre de hacer lo que veíamos correcto, ni siquiera estaba de servicio.

-Por cierto, teniente Yakushiji, aún sigo esperando a que me arrestre por incumplimiento del protocolo -dije echándole una mirada fulminante a Gen-Chin- porque no pienso saludarle.

Miré completamente asombrada al tipo. ¿De verdad se lo había tomado como una orden? ¡¿Pero qué demonios...?! a punto estubo de darme la boca contra el suelo de la expresión desencajada que se me quedó. ¿Cómo podía ni plantear que aquello era una orden?...

No sabía si sería verdad pero tenía toda la pinta de estar menospreciendome y eso no me hacía peor ninguna gracia. Nadie se tomaría eso como una orden, excepto alguien que tomaba a rajatabla el protocolo, en cuyo caso veía poco probable que de verdad hubiera tal camaradería dado el comportamiento de la 20ª al mando Ashirana.

Miré al hombre, recuperando una expresion serena, tornándose algo seria para una niña.

-Tobikunai san, sin duda ha malinterpretado mis palabras. No todo lo que digo es una órden, cuando lo sea lo notará sin ninguna duda. Era una sugerencia, hecha desde toda mi buena fe...-dije mirándolo y alzando una ceja - no olvide que al fin y al cabo, aún soy una niña...

No se si había pensado que igual el contacto con una fémina iba a ponerle cachondo perdido como a todos los mayores, pero es que aquello me irritaba.¿Es que no podían ver mas allá de eso?

Sin embargo, no se notó en mi expresión en ningún momento. Miré a ashirana una vez dijo aquella frase, que si bien sabía que lo había dicho por desalentar los argumentos del gigante, era algo bastante insultante, como si diese por hecho que no pasaba nada...casi como retando.

Tomé aire y miré a la mujer, antes de sonreir. Yo no era como Shinju, por mi posición, facultades y mi situación podía permitirme ser mas flexible, aunque luego la realidad pesase más.

-Pelo de oro, te he dicho esta mañana que no estamos en ningún asunto oficial, con lo que hemos quedado de mutuo acuerdo que no habría problema en tratarse algo menos formalmente. No voy a detenerte...Sin embargo si se trata de un asunto oficial, tendrás que hacerlo por mucho que te pese...-miré al hombre ahora - No así el compañero, si para él el protocolo es su forma de vida.Hay que ser algo mas amplios de miras.

Dije antes de ponerme a caminar calmadamente rumbo al estanque, y antes de que dejaran de orime, dije en voz serena y clara.

-No es mas acertado el camino que uno toma, invalidando el resto, si no el que es capaz de caminar y fluir como los ríos por su sendero, y tomando el de otros hasta el punto en el que le parezca. Es mas sabio el que es capaz de mirar mas allá de sus narices, comprendiendo que hay otras, que el que se obceca en mirarse la punta de la suya, pues ese será el primero que se dé contra el muro...

Miré hacia atrás un momento con una suave sonrisa, ladeando ligeramente la cabeza, lo que hizo de pronto que en la cara de la niña apareciese una expresión maternal, casi impensable en alguien de su edad. Igual que la intensidad de sus palabras la hacían enigmática, y parecer sabia, cosa que por su edad parecía inconcebible.

-Mi libertad acabará donde empiece la tuya...-dije volviendo a retomar mi camino con paso tranquilo, mientras el aire mecía mi mechon de pelo y dejaba a ambos sacando conclusiones, si es que no seguían emperrados en no ver mas allá de sus narices.

*Gentatsu escucha todo el discurso de la teniente en silencio, mirandola a cuello contantemente, como ordena la tradición. Su actitud es completamente firme y serena, junto a su postura, completamente erguido y con las manos cruzadas tras la espalda, moestrando una gran tensión en estos. Está siguiendo perfectamente las premisas de lar elación teniente-oficial*

- ¿Permiso para hablar con franqueza, teniente? *Solicita al final del discurso el gigante, esperando su respuesta antes de continuar*

-Pelo de oro, te he dicho esta mañana que no estamos en ningún asunto oficial, con lo que hemos quedado de mutuo acuerdo que no habría problema en tratarse algo menos formalmente. No voy a detenerte...Sin embargo si se trata de un asunto oficial, tendrás que hacerlo por mucho que te pese... No así el compañero, si para él el protocolo es su forma de vida. Hay que ser algo mas amplios de miras.

¿Ni siquiera ella se había dado cuenta que era una ironicidad para dejarle mal? Era amplias de miras, pero desde luego no iba a ser yo la que saludara solo porque él tuviese más rango que yo, y menos fuera de servicio. Él sí que necesitaba ampliar miras y de vez en cuando comportarse como una persona.

-No es mas acertado el camino que uno toma, invalidando el resto, si no el que es capaz de caminar y fluir como los ríos por su sendero, y tomando el de otros hasta el punto en el que le parezca. Es mas sabio el que es capaz de mirar mas allá de sus narices, comprendiendo que hay otras, que el que se obceca en mirarse la punta de la suya, pues ese será el primero que se dé contra el muro... -¿y eso ahora a qué venía? Me sentía como una cría recibiendo consejos, el único que había obrado fuera de lugar era él, no tenía porque seguir dando explicaciones- Mi libertad acabará donde empiece la tuya...

-¿Permiso para hablar con franqueza, teniente? -dijo Gen.

No me apetecía quedarme a oír más burradas, pero era de mala educación ignorar a nadie, así que me paré y esperé a que hablara, o que soltase más burradas, no parecía que fuese a pedir disculpas.

Observé como ambos me miraban, Tobikunai correcto como siempre mientras Ashirana se mostraba como una adolescente que recibe una recriminación de su madre por volver fuera de hora o algo así. A veces los adultos eran mas estúpidos, que los niños estúpidos...

-¿Permiso para hablar con franqueza, teniente? -dijo tobikunai.

Mientras seguía mirando el estanque pensaba. No había forma de que una niña diese un consejo a un adulto sin que este pensara que el niño era un imbécil, y eos me molestaba sobremanera. No todos teníamos ya que vivir una infancia y algunso habíamos vivido horrores y experiencias para l9os que muchos eran inimaginables.

Pero eso daba igual ¿No? al fin y al cabo, solo soy una niña. Nadie está dispuesto a escuchar y mucho menos seguir sus consejos, pero era algo con lo que debería vivir, al menos otros 50 años, hasta cumplir la mayoría de edad. Eso me desanimaba mucho, para que negarlo.

Mi expresión, mirando al tendido mientras dejaba que mi vista se perdiera entre el agua del estanque, pero enteramente puesta en la conversación que manteníamos no cambió mientras con voz amable y suave contestaba.

-Desde luego, 15º hombre al mando.-dije mientras me detenía frente al estanque - Diga lo que tenga que decir.

*Gentatsu mira directamente a la nuca de su teniente, donde estarían los ojos si ella estubiera mirándola*

- Sus palabras destilan una sabiduría impropia de alguien de su edad, teniente *responde el shinigami, serio y formal como ya las tiene acostumbradas* . No obstante, mi humilde opinión es que su metáfora del rio y las aguas no es la más adecuadaadecuada en lo que a comportamiento disciplinado en una fuerza de combate se refiere. En un rio, la multitud de ramificaciones de este pueden perderse, el mismo rio puede estancarse y secarse o incluso puede avanzar por mal camino con la misma fuerza que por la buena senda.

Personalmente *concluye* , considero en un cuerpo militar como es la organización a la que pertenecemos es más adecuado emplear como simil el tronco de un arbol. Si se comba o se troncha, hay que corregirlo, pues solo hay un buen camino, y es el directo al cielo.

*Gentatsu suspira, mirando ahora al vacío, igual que la teniente. Sigue en postura de descanso, como indica el protocolo*

- Lo que quiero decir, es que un soldado solo tiene un camino válido. No hay posibilidades de cambio o de hacer bien las cosas con métodos distintos. El protocolo son las guías de mi tronco y lo único que conseguiré si las ignoro es doblarme y partirme ante la primera bocanada de viento que sople con fuerza.

Para el soldado, solo existe la disciplina y las ordenes *continúa. Su tono es tranquilo y habla con mucha calma, pero sus palabras son enérgicas y está completamente convencido de lo que dice* . Cuando no esté de servicio, no ha de dejar de cumplir con su obligación, pues, por más que usted hable de libertades limitadas por las libertades de los demás, el buen soldado solo tiene libertad en una decisión: Cumplir las ordenes que le de su superior o morir en el intento.

*Gentatsu mira a Ashirana, con su ojo serio y calmado*

- Señorita Iwashiro, la vida de un soldado es la disciplina. Sin disciplina, no somos nada. Si no comprendió esto durante su larga vida, tal vez es que usted no sirva para cumplir con su deber como shinigami.

*Pese a lo duro de sus palabras, su tono es amable y no suena a reproche*

- Eso es lo que yo opino sinceramente, teniente. Doy fin a mi permiso de palabra franca

Escuché al hombre, con una expresión satisfecha en la cara. Sin ninguna duda tenía pero que muy acentuado el sentido del deber, y aunque era algo que se podía conseguri con esfuerzo tenerle bajo mi mando iba a resultar todo un placer. Sentí un estremecimiento cuando dijo que era algo impropio de mi edad, pro que seguramente era cierto. Cuando acabé de escuchar sus argumentos asentí levemente con la cabeza, y mientras respiraba con suavidad de aquel aire fresco y nuevo que nos traían las fechas, mi voz volvió a sonar clara y suavemente.

-Sin duda, tenéis unos principios fuertes y dignos, Gentatsu...-dije haciendo alabanza de ello - Sin embargo, no creo que mi metáfora sea para nada desacertada, por que desde luego, aunque pase todo cuanto decis, no debéis olvidar, que el río no es aquel que se seca, se pierde o muere...el río es aquel que prevalece y no se extingue, o no se merece llamarse mas que "charco"...

Aquello podía sonar mucho mas duro, a pesar de ser menos directa que él, si se comprendía bien la metáfora.

-Y ninguno debéis olvidar, que si os alejáis demasiado del suelo, con toda seguridad acabéis viviendo mas en las nubes que en la tierra...-era una pequeña broma, sin embargo tambien ocultaba algo más, miré a Ashirana por el rabillo del ojo sonriéndole cómplicemente - cuanto mas alto sea, mas pesada será la caida si es el caso. Así que guardáos de que vuestras ramas no crezcan en direcciones equivocadas que os tapen o no podréis ver a los leñadores que se acerquen...

Volví a mirar al tendido. La verdad es que estaba disfrutando de la conversación. encontrar shinigamis con esa predisposición era bastante dificil y sin ninguna duda, bastante sorprendente dado el panorama en el que estábamos. Con el tiempo podría demostrarse si de verdad actuaba en consecuencia de las palabras. Viendo el peligro de lejos la gent epodía decir cosas de las que llegado el momento se arrepentían sin ninguna dificultad.

Miré al hombre que se alzaba impresionante a mi lado, haciendome sentir en tamaño insignificante, pero no dejando que me importara. al fin y al cabo la mayoría lo eran a su lado, al menos en tamaño.

-Tambien recuerden, que si el río va por la corriente que debe y sigue adquiriendo fuerza puede llevar a desbordarse...-dije con una sonrisa enigmática - hasta lo que parece una leve corriente puede crecer y sorprendernos desgajando un árbol del suelo... ásí que será mejor que no menospreciemos los riachuelos ¿no les parece?

Dije sonriéndole de nuevo y volviendo a mirar al tendido con mi expresión satisfecha. Sin duda no eran metáforas, palabras ni deducciones de una niña de mi edad, pero al fin y al cabo, a ellos era a lso que tocaba juzgar a sus superiores...Esperaba que no le pareciera mal la conversación. Era tranquila y en buen tono, y esperaba que Ashirana no se sintiese molesta por las palabras de su compañero. ella mismo lo había dicho, cada uno era como era...¿O es que no podía entender que había gente que al ser educada así, era así por naturaleza?...

Se pusieron a hablar metafóricamente de ríos y árboles y no se que más, no es que no lo entendiera ni quisiera entenderlo, pero desde luego la vida era muy simple para usar metáforas, no entendía porque les gustaba complicarse comparando la evolución de un Shinigami con un objeto, corriente geográfica o ser vivo vegetal.

-Señorita Iwashiro, la vida de un soldado es la disciplina. Sin disciplina, no somos nada. Si no comprendió esto durante su larga vida, tal vez es que usted no sirva para cumplir con su deber como shinigami.

Me cansaba de oír una y otra vez las mismas cosas dichas de otra manera, cada persona tenía una manera de ver la vida y solo ella misma podía decidir si cambiar el ángulo de vista, decirle algo no iba a cambiar nada, solo iba a malgastar mi saliva y mi tiempo, había intentado llevar la vía del conocimiento, intento alumbrar a los demás con mi conocimiento, pero había fracasado a pesar de mi fuerte voluntad, no se puede romper la voluntad de otra persona con palabras, solo con hechos, a partir de ahora aprendería a ser más una mujer de acción que de pensamiento y palabra.

-No sé que decirte Gen-Chin, pero las pruebas hablan por sí solas, soy uno de los pocos Shinigamis vivos a mi edad, si sigo viva es porque parece que mi manera de actuar y pensar es la que verdaderamente servía y los otros Shinigamis que murieron más jóvenes seguían un camino equivocado... de todas maneras ya nada me sorprende, cada uno es libre de seguir el camino que desea y terminar su vida como ya ha elegido mediante sus acciones y no soy quien para decirte lo que debes hacer o dejar de hacer... sé fiel a ti mismo que es lo que importa, si hubieses acabado cediendo y saludándome posiblemente te hubiera tachado de hipócrita... la gente no puede mostrarte que tu camino es erróneo, solo tú mismo puedes darte cuenta... solo espero que sea antes de que vuelvas a reencarnarte en un humano -bonita manera de llamar a la muerte de un alma- además vuelvo a repetir que una cosa es disciplina, como habrás podido comprobar no soy rebelde ni nunca he tenido problemas con mis superiores, y otra cosa es obediencia ciega, no intento desacreditar a nadie de su "Status" pero solo diré una cosa más Gen-Chin, la gente que te manda tus misiones son personas normales como tú y como yo, no son dioses, y aunque tienen más experiencia no lo saben todo, también se equivocan y no poco por desgracia... si quieres ser servicial y obediente, adelante, yo también lo soy... pero no voy a permitir que me traten como alguien inferior por una mierda de rango que no indica nada, y como bien me dijiste no es malo acreditarse cosas, pero si el rango equivale a la fuerza desde luego debería tener un rango mayor que el 20º... lo que quiero decir, es que yo nunca te obligaría a saludarme antes por yo tener un mayor rango y eso es lo que me ha decepcionado por tu parte... comportarse con una persona dependiendo de cual sea su rango no ayuda en nada a la displina, tratar mejor a las personas "más fuertes" que tú y tratar peor a las personas "menos fuertes" que tú no mejora nada, no evoluciona nada... es seguir con la "astilla" que el ser humano siempre ha tenido clavada, el respeto no se gana con la fuerza.

Había hablado más de la cuenta, pero era mejor oír todo lo que tenían que decir los demás para no hablar antes de tiempo y decir todo lo que se tenía que decir sabiendo ya las posturas de los demás, observar y actuar era mi dilema, y nunca me había fallado y mucho menos me iba a fallar con un crío como él que a penas sabía nada de esta vida.

*Gentatsu mira a la shinigami rubia a los ojos con su único ojo. La mirada está cargada de decepción y tristeza, pese a que ni su cara ni su cuerpo cambian ni un solo músculo de sitio*

- Me decepciona que sea esa la idea que teneis de mi. Y me entristece aun más que creais que vuestro camino es el correcto simplemente por haber sobrevivido a situaciones de riesgo *Gentatsu contiene un suspiro que sería muy maleducado* . Espero que podamos hablar de este tema algun día cuando estemos fuera de servicio usted y yo.

*Tras esto, el gigante guarda silencio, pues sabe que ha roto su turno de palabra franca y puede ser castigado por todo lo que ha dicho*

Observé a los dos shinigamis defender sus posturas, la realidad era que cada uno era hijo de su padre y de su madre, y que Iwashiro tenía razón cuando defendía que así era. en todo caso su experiencia no le daba mas valía al asunto...solo más experiencia...

miré a ambos y sonreí levemente bajando la cabeza, antes de sentarme y meter mis pies en el estanque en el que sin duda el agua estaba medio congelada por el frío nocturno, y no se había deshelado del todo.

-Bueno, pues la única realidad existente es que existe la de cada uno...-dije con enorme calma.

Jugueteé un rato con los pies, estirando y encogiendo los dedos, y uniéndolos entre ellos bajo el agua pero sin salpicar. La sensación era del todo reconfortante. siempre me había gustado.

-Bueno, ahora me gustaría preguntar, si no es molestia...¿Que tal le parece su nueva división 15º hombre al mando?- dije plácidamente. ahora que estaba sentada el tipo aquel podría haber intentado aplastarme bajo uno de sus gigantescos pies - Pelo de oro senpai ya me contestó...Tiene permiso para responder con franqueza. aunque no tiene por que hacerlo si no quiere.

Aunque la verdad si me interesaba saber, simepre estaba bien conocer que tipo de mella habría hecho Shinju con su bromita del nombrecito.

-Me decepciona que sea esa la idea que teneis de mi. Y me entristece aun más que creais que vuestro camino es el correcto simplemente por haber sobrevivido a situaciones de riesgo. Espero que podamos hablar de este tema algun día cuando estemos fuera de servicio usted y yo.

-¿Y por qué no ahora? ¿Es que tienes miedo de que la teniente nos oiga? ¿O solo lo dices para quedar bien...? Nadie es lo que aparenta, Gen... quizá no seas diferente... jamás te recriminaría que me dijeses las cosas a la cara, es mucho mejor que guardártelo o hacerlo por la espalda... dices tener miedo de que lo que digas te pueda causar problemas, pero aquí me tienes a mí, después de más de 200 años sirviendo al Gotei 13, jamás me guardé una palabra ya fuese para un capitán o un "don nadie" y no me han castigado nunca por ello, así que no tengas miedo en decirle lo que tengas que decirle a un "oficial de menor rango que tú" -enfaticé bien esas palabras, mostrándole lo mal que me sentía que me tratara tan solo como a un "oficial de menor rango".

Me había vuelto a equivocar, otro hombre más en el mundo que me había decepcionado, ¿que pensara que mi camino era el correcto? Ni mucho menos, pero tampoco era el erróneo... hay muchos caminos buenos, hay muchos caminos malos... ¿quien sabe cual es el acertado? Solo el que tiene suficiente suerte en la vida para sobrevivir a él... el poder no da la supervivencia... siempre habrá alguien más poderoso que tú... así que el poder no debería dar el respeto...

*Las facciones de la cara de Gentatsu se tensan, a la vez que su único ojo mira a la vigésima oficial, con la pupila dilatada. Sus rasgos, ya de por si salvajes, muestran una expresión feroz y de gran ansia de violencia, con los colmillos superiores sobresaliendo por encima de los labios inferiores. Una vena del tamaño de dos dedos surca ahora su sien*

*El reiatsu del gigante muestra incluso mejor lo furioso que está. Instantaneamente, como si de una explosión se tratase, la ya de por si inmensa energía del gigante se cuatriplica en tamaño y potencia. El agua del estanque se aparta de el con una ola, dejando una zona del estanque vacía completamente y mantenida en vilo por la energía ardiente del gigante. El suelo se desquebraja a los pies del gigante en un area de más de cinco metros, como si hubiese caido un obús, con cascotes del tamaño de la cabeza de la teniente que vuelan hacia el cielo arrancados directamente de la tierra. La temperatura sube como 10 grados centígrados, lo que, junto con el color carmesí de la energía, da la sensación de que acaban de entrar en un horno*

*A todo esto, hay que añadir que el instinto asesino del gigante, nunca notado por esta división, aparece tan repentinamente como si de un mazazo se tratase, dirigido única y exclusivamente contra Ashirana. Nada de esto parece controlado por el gigante, pero, realmente da miedo. La mano del coloso, suficientemente grande como para rodear el torso de la mujer rubia, se crispa, sin cerrar el puño, pero se notan todos los tendones de la mano tensandose*

*En este estado, que incluso la teniente debería considerar un peligro y algo sumamente impactante (ya no aterrador, ateniendonos a su rango), Gentatsu abre la boca para responder a la rubia. El instinto asesino y el reiatsu están por encima de los de la gran mayoría de capitanes de la división (dato que seguro interesará a la teniente)*

- No toleraré una sola falta de respeto más hacia mi persona ni hacia las normas de protocolo, en ese orden *su voz, cascada y rasposa como el gruñido de un perro, es un susurro, mucho más intimidador que cualquier grito* . La próxima vez que incumplas el reglamento faltando a mi persona, seré yo quien me lo salte y te recuerde lo importantes que son las normas en este cuerpo. *Gentatsu consigue tranquilizar la mano derecha, pero la izquierda cierra el puño con fuerza. Todos los musculos de los brazos, torso, cuello y piernas están tan tensos que parece que vayan a estallar bajo su piel* Y aprende de una vez, niñata insolente, que no es miedo lo que atenaza mis labios, sino respeto. Tendrás la edad que quieras y la fuerza que creas tener, pero si no respetas ni las leyes ni a tus superiores, me encargaré personalmente que dures poco más entre nosotros *Concluye, seco, en su sururro, sin dejar claro si la echará de la división o la matará. Tal y como habla, lo mínimo que puede despertar en ambas es un escalofrío*

*Tanta violencia, tanto odio y tanta seguridad en uno mismo solo hacen que agrabar la presunta amenaza. Con el reiatsu y el instinto asesino de alguien por encima de muchos capitanes, uan amenaza suya solo puede resultar aterradora, pues tiene la fuerza para cumplirla*

En el momento en el que sentí el riatsu del colosal shinigami volverse de esa forma no pude mas que evitar que vieran como mis rasgos se afelinaban, tomando una irada rasgada maliciosa y haciendo que mispupilas se contrayeran enormemente. Aquel tipo tenía ganas de matar...

Y aba igual las palabras que dijera, el control que tenía de su cuerpo o de lo que fuera. Iba a matar y eso se notaba en su energía, muy mal disimulada por cierto. La cantidad y su intensidad no me asustaron para nada. No era algo que no pudiese controlarse y mucho menos vencerse, aún a pesar de mi tamaño, aunque podría llegar a ser un digno adversario...

No así el hecho de que el 15º hombre al mando tubiese semejante cantidad de riatsu y le hubieran colocado en semejante posición. Se rumoreaban ciertas cosas, no se sabía si ciertas, aún así aquello era un peligro.

A pesar de que Ashirana se mostrara o no asustada o como fuese, y él procurara o no impresionarla o presionarla en algun tipo de amenaza que hizo que me obligara a estremecerme o quedaría antinatural que una niña de mi edad no se chocara ante semejante cosa, el peor de los males era para él.

Si descubrían semejante cosa sin duda estaría en el punto de mira. Mas que en el punto de mira, con enorme posibilidad...peor al fin y al cabo...en nuestra división ¿Quien no lo estaba?...

Procuré que mis facciones se suavizaran, antes de que se viera impreso en mis ojos de niña pequeña la rabia, la ira y el deseo de combate y muerte, algo inapropiado por mi parte sio quería continuar con mi preciosa tapadera, o mas bien, repudiando aquel lado de mi...Me suavicé antes de que pudieran verlo y me giré para mirarlos.

a pesar de que el instinto desapareciera mi voz sonó firme , potente y con una gravedad que sonaba extraña en los labios de alguien de semeante estatura, no así de rango. Mis ojos eran fríos y cortantes, y mi voz no lo era menos, haciendome tomar de pronto el tono respetable y autoritario de cualquier alto cargo.

-Se acabó la discusión...-dije mirando a ambos a los ojos con la advertecia grabada en la mirada - No permitiré que semejante cosa lleve a estas atrocidades. Ambos sois incapaces de respetar al otro, por mucho que íntentéis mostrar. Tales extremismos sobran. Esto se acaba aquí...

Miré a ambos, antes de volver a darme la vuelta mirando al estanque.

-Y esto sí es una orden...- El tono era tan cortante que muy posiblemente sorprendería a mis interlocutores, con los que se supone estaba manteniendo una charla amena. No sonaba para nada en el tono de una niña, si no mas bien como el de un oficial experimentado y serio. Escueta y tan fría como el hielo...Así era como debía ser...

Un escalofrío corrió por mi espina dorsal al ver el incremento del reiatsu, pero fue más por la sorpresa, había Shinigamis más temerosos que Tobikunai en el Nido de Gusanos y les dejaba en el suelo inconscientes casi todos los días cuando aún servía a la segunda división, en seguida volví a tomar mi semblante tranquilo y utilicé mi reiatsu, que tampoco era poco para defenderme del suyo.

- No toleraré una sola falta de respeto más hacia mi persona ni hacia las normas de protocolo, en ese orden. La próxima vez que incumplas el reglamento faltando a mi persona, seré yo quien me lo salte y te recuerde lo importantes que son las normas en este cuerpo. Y aprende de una vez, niñata insolente, que no es miedo lo que atenaza mis labios, sino respeto. Tendrás la edad que quieras y la fuerza que creas tener, pero si no respetas ni las leyes ni a tus superiores, me encargaré personalmente que dures poco más entre nosotros.

Vaya par de gilipolleces, sin duda cabreado era mas pazguato aún, una furia mal usada era una furia inútil. Sonreí al ver lo poco que controlaba sus poco instintos, así sería él, el único que acabaría mal.

-Hay que decir que así das mas pena aún, Gen-Chin, no sigues siendo más que un pobre muchacho perdido que no sabe lo que hace ni porqué, solo lo hace y punto... ¿Hacia el protocolo? Por Dios Gen-Chin, mírate... te has enfadado por nada... jamás acusaría al protocolo, es lo único decente que tiene este lugar... a lo que acuso es a gente que lo sigue sin saber porqué y a raja tabla, y tú no tienes ni idea de porque los sigues... en fin, es inútil discutir con una fiera a medio domesticar...

-Se acabó la discusión... -dije mirando a ambos a los ojos con la advertecia grabada en la mirada - No permitiré que semejante cosa lleve a estas atrocidades. Ambos sois incapaces de respetar al otro, por mucho que íntentéis mostrar. Tales extremismos sobran. Esto se acaba aquí... Y esto si es una orden.

Me sorprendió un poco, pero mis sentidos ya estaban alerta.

-Sí, será lo mejor Teniente, no podría soportar escuchar nada más.

Nadie iba a salir ganando, ¿eso era lo que conseguía el protocolo? Pues vaya protocolo que lo único que había conseguido es que dos personas se enfadasen por una mierda de discusión, desde luego que estaba claro quien tenía la razón. Yo. Me senté esta vez yo al lado del estanque, ningún animal salvaje me iba a amedrentar, no lo hicieron durante 200 años, no lo iban a hacer ahora. Niñata insolente, en fin... era estúpido seguir dándole vueltas.

*Oir la orden no basta para que el reiatsu ni el instinto asesino del gigante decrezca. Es más, continuan aumentando a una velocidad escalofriante. Es como el contador de una bomba de relogería que se acerca peligrosamente a la explosión*

*No obstante, el tono de voz y la esxpresión del shinigami colosal son perfectamente neutros al pronunciar sus palabras*

- A la orden, teniente *susurra, sin apartar su ojo de la rubia. Su expresión es completamente de poker, por más que el aumento de reiatsu y ansia no descienda en absoluto*

*Sus manos siguen crispándose, y todos los musculos del cuerpo tensos, pero almenos a perdido ese aura de perro a punto de saltar a la yugular de su presa*

- ¿Permiso para retirarme antes de dañar a alguien, teniente? *Susurra el gigante, sabedor de que su energía y sus palabras han delatado sus intenciones*

Miré a ambos, que en ese momento me parecían mas tontos que pellizcar cristales. Sin embargo no dejé que ninguno me amedrentara, por muy mayores que fuesen o por muy gallitos que se estubiesen poniendo. Para mí eran poco menos que dos críos peleándose por si Superman era mas rápido que Flash...

En ese momento Ashirana se sentó en el estanque, donde hace pcoo había metido yo los pies. La verdad es que me sentía algo molesta por que dos adults pelearan pro semejante estupidez. Yo era una niña y lo veía, por el amor de dios...resultaba del todo lastimoso.

Fué entonces cuando el gigante pidió permiso para retirarse. Miré un momento al hombre recuperando la sonrisa infatil en la cara, con el deje de simpatía tan característico.

- Desde luego, antes de que se os escape el poco control que os queda - dije con tono amable, fuera de que resultase una crítica mordaz por lo dicho - descanse, 15º hombre al mando. Espero que podamos encontrarnos en otro momento. si necesita algo sabrá dónde encontrarme...

Dije del modo mas atento y amable. Aquella bobada no iba a enfadarme y al molestia no me duraría, al fin y al cabo había hecho lo que debía, que era evitar que se comieran. Una vez el hombre se marchó me senté al lado de Ashirana, con un metro y pico de distancia, para no resultar agobiante y volví a meter los pies en el estanque. Se acabó por fin la tontería congénita...

Gen-Chin finalmente se fue, el gigante afable y carismático que ayer me cautivó ahora era poco más que un muchacho que defendía el protocolo como si fuese su alma, como si el protocolo fuese a devolverle el favor, que manera de complicarse la vida... la teniense se sentó de nuevo en el estanque a un par de metros de mí, aunque no me molestaba, en realidad en ningún momento perdí la compostura, nunca subí una palabra más que otra ni me enfadé con nadie, solo dije lo que pensaba, si ya no iba a poder tener ni libertad de expresión porque un gigante con demasiados modales no sabía controlarse ya era el colmo.

-Dime teniente, ¿tan infantiles hemos parecido para que usted haya tenido que poner orden? No quiero parecer estúpida, pero solo he dicho lo que pensaba, es él el que no hacía más que decir cosas sin sentido... aunque supongo que el protocolo es el protocolo... cualquier persona con dos dedos de frente sabe que no hay que llegar a esa situación. ¿Tan diferente puedo llegar a parecer solo por querer que me traten como una persona? ¿A tanto hemos llegado?

- Créeme Ahi senpai, habéis parecido más que infantiles - dije con una sonrisa igual.

respiré con fuerza y mecí lso dos pies dentro del estanque mientras me apoyaba hacia atrás con las manos, un poco reclinada, entonces dirigí inmediatamente una mirada amable a Ashirana y continué hablando.

- Verás pelo de oro. En esta vida hay gente que basa sus creencias mas profundas en cosas que les ayudan a no perder el ritmo. en algunos casos, como en el tuyo, es valerte por ti misma, por ejemplo...Pongámos que como dices tu, a tí te gusta valerte de tus manos para seguir desarrollándote sin ayuda. Yo opino que eso es una soberana chorrada - dije sin perder mi sonrisa, y sin resultar insultante en algún momento - Eso no quiere decir que estes equivocada o que lo esté yo. Sencillamente quiere decir que nos basamos en cosas diferentes para vivir nuestra existencia del modo que nos parece correcto...

Miré a Ashirana para estar segura de que no se tomaba a mal mis palabras, para que entendiera que no me metía con ella, si no que quería que percatara la estupidez de la situación que acababa de suceder.

-Sin embargo, si yo me riera de vuestro modo de vida...Si os ofendiera y pasara por tierra todo en lo que creéis probablemente os sentiríais ofendida, o dolida, o como queráis llamarlo...-miré hacia atrás un momento, por el sitio por el que se había ido Gentatsu - aunque os parezca estúpido, él basa su vida en eso. Es tan respetable como basarla en esforzaros con las manos. Que me parezca estúpido no importa, os acepto y os respeto por vuestra decisión. en vuestro caso, os habéis obcecado en demostrar que lo que el otro decía era estúpido...

Me encogí de hombros, con calma. La verdad es que me expresaba con bastante elocuencia y estaba mas que claro lo que quería decir.

-No es culpa vuestra ni de él, sencillamente tenéis visiones distintas y ninguno ha sido capaz de ceder. Que seas diferente es bueno, Ashi senpai, pero no hay por qué ser tan extremista y pensar que se tiene la razón absoluta...aún a pesar de le experiencia... - sonreí a la mujer, esperando que mi charla no la hubiera desagradado, pero al menos había sido sincera de por qué ambos habían parecido tan infantiles...