Salgan... [Dia 3-Mañana]

Justo después de que la voz indiscutible del Comandante se diluyera, cosa que me extrañó que hiciera, me dirigí rápidamente hacia la Puerta para prepararla. Abrirla no me supondría nada dificil así que cinco minutos después de que la luz azul me indicara la vía libre y varias mariposas se pusieran a revolotear alrededor de mi, me di cuenta de que habían vuelto a hacerlo "ellos".

Y esta vez no se habian conformado con soltar a los monstruos en el Rukongai. Una cosa era alterar la vida de un alma, que estaba castigado con la carcel pero otra muy distinta era alterar la de un vivo a proposito y eso estaba penado con la muerte.

Me coloqué delante de la Puerta a esperar la presencia de mis subordinados y poder dictarles las directrices adecuadas o algun consejo. Me temía y esperaba equivocarme, que esta vez no se trataria de un simple adjucha seguido de hollows menores.

Llegó corriendo, tan rápido como se lo permitían sus ropas, intentando no tropezar por el camino. Giró varias esquinas. Dirigiéndose hacia el punto de encuentro. "Dios mio, mi primera misión y ya es una alarma de urgencia" pensó, sin parar de correr y jadeando por el esfuerzo.
Al fin salió del ultimo edificio y se encontró la puerta abierta. Su capitán, Harada, esperaba de pie junto a la misma. No vio ningún shinigami más por las cercanías.
Postró una rodilla en el suelo y agachó la cabeza.
- Saludos, capitán Harada. - dijo acompañando el saludo.
Aun jadeaba. Notó como todo el cuerpo le temblaba, parte por los nervios, parte por el...¿miedo?...Si, era miedo lo que sentía, pero no el miedo que te hace huir, sino un miedo que tan solo le daba más ansias y ganas de entrar en combate, un miedo que provocaba que la adrenalina le recorriera por todo el organismo. Se levantó y mostró una amplia sonrisa.- Bueno, ¿cuando empezamos?

Estaba haciendo un poco de meditación previa al fuerte entrenamiento físico que iba a aprovechar por el tiempo libre que tenían. Sí, un buen ejercicio físico precedido a una limpieza de alma, y seguido de una meditación más profunda, le ayudaba a concentrar su Reiatsu de una forma mucho más eficiente, sin perder en su liberación debido a una ineficiencia. Pero, para variar, algo rompió su meditación. Era una voz fuerte, grave, varonil... y con unas órdenes bien claras. Abrió los ojos rápidamente, y agarró su zampakutoh, que descansaba a su lado.

Poco después, un Raion a la carrera apareció delante de la puerta, y se agachó plantando una rodilla en el suelo y con la cabeza bien baja.

-Isayama Raion, shinigami raso. Dispuesto para la misión.

Era un joven guapo, atlético y fuerte aunque no muy alto, de pelo largo liso y blanco, con brillos plateados. Sus ojos eran de un fuerte color azul, intensos, que rompían la monotonía de la palidez natural en su piel. Llevaba el uniforme de shinigami, razón por la cual tuvo que tardar algo más, ya que hasta entonces había llevado su kimono normal. Su zampakutoh, una katana de funda y empuñadura negras, estaba bien enganchada en su obi (cinturón), y notaba cómo le clamaba por empezar la acción YA, y que también que la liberase. No, no podía ser tan impaciente como aquel espíritu, debía esperar a ver al enemigo. El capitán decidiría con una orden cuándo debía atacar, probablemente. De todos modos, era fácil: veían un Hollow, lo atacaban. Lo importante era que iban a ir al Mundo de los Vivos, y él jamás había estado allí. Se sentía nervioso, pero su disciplina propia de la educación como noble seretei hacía que no temblase lo más mínimo. Como su abuelo decía, "Un pulso firme es un corazón indomable", significase lo que significase.

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FDI: ¿alguien puede describirme cómo es la puerta en cuestión?

*A lo lejos, una energía espiritual enorme e intensa empieza a acercarse a una velocidad monstruosa...*

*De repente, una enorme llamarada de reiatsu aparece en el aire, proveniendod e uno de los tejados. Como un cometa, la energía en forma de llamarada se dirige directamente hacia los 3 shinigamis, como si fuese un disparo*

*Un instante despues, lo que parece un meteorito cae a escasos metros de ellos. Sin embargo, no acasiona ningun desperfecto. La energía que venía acercandose, poderosa, ocupa rápidamente todas las inmediaciones, enrrareciendo el aire y haciendo el ambiente mucho más tenso y opresivo, e incluso la temperatura aumenta varios grados, lo cual se hace de notar en mitad del invierno*

*El nucleo del impacto de obús era Gentatsu. Pese a que había caido con una rodilla al suelo, seguía siendo más alto que cualquiera de ellos. Alzado, mediría casi dos metros y medio y debía pesar almenos 200 kilos de pura musculatura. Su cara era de rangos angulosos, salvajes y duros, y era curioso ver que su ojo izquierdo y parte de ese lado de su cara estaba cubierto por una venda ligeramente manchada de sangre y yodo. Su enorme coleta de pelo negro azabache bien cuidada flotaba ahora sobre sus hombros, enrroscada en el como una serpiente, gracias a la inmensa cantidad de reiatsu que estaba liberando. Su espada, una Nodachi de más de 1'70m, pendía de su hombro gracias a una banda ancha de cuero de ternera muy curtido, estaba envainada en cuero negro más gastado aun. Su kimono no tenía mangas y el pantalón hakama le venía corto, mostrando sus espinillas y unos musculos sumamente hipertrofiados, tal como los de los brazos. Cuando alzó la cabeza, miró al capitán, con ojo sereno, mientras, con una lentitud exasperante, teniendo en cuenta lo rápido que había venido, se alzaba*

*Tras hacer una reverencia de 90º al capitán y de 45º a los otros dos presentes, saludó*

- Se presenta Gentatsu Tobikunai, decimo quinto oficial de la sexta división de las 13 defensoras de la corte de los espiritus puros *su voz, potente como un trueno, grave y cazallera como el gruñido de un animal, denota que está intentaando hablar lo más bajo posible, mientras que su tono es tan educado y cortés como el de un noble*

Es un honor verle de nuevo, capitán Harada *dice, inclinando la cabeza hacia el capitán* Es un placer volver a verle, decimoprimer oficial Beppu *tras ser educado con sus dos superiores, mira al shinigami que queda con su único ojo* No he tenido la ocasión de conocerle. ¿Usted es...? *con el mismo tono educado de los otros dos*

*Habla con esa exasperante lentitud, intensificada aun más por la presión del reiatsu sobre ellos. Tras las presentaciones, espera ordenes*

Tras una larga carrera a pie, llega a la sala. Se queda sorprendida al ver sólo a tres personas (aparte del capi claro..)
-Esto.. ¡hola!-da un suspiro enorme- yo queria empezar despacio.. ¡¡ESTOY HARTA!! *calma Kasumi.. calma..* muy bien-con una sonrisa como si nada hubiera pasado-Kasumi Himeko, Kasu-chan para los amigos...-divisa a Beppu olvidando lo demás- ¡¡BEPPU QUERIDO!!-se le acerca y le besa- ¡Uh, lo siento! Perdon perdon.. se me olvidaba que estábamos de emergencia....-recupera la compostura y decide presentarse de nuevo ante los dos shinigamis-cof cof.... mi nombre es Kasumi Himeko y..¡se acabó la presentación! con eso de momento es más que suficiente-con una sonrisa-
Derrepente, divisa al shinigami que tenía enfrente, aquel que le sacaba 1m de altura-¡¡ERES ENORME!! porciero..¿no hay mas gente o qué?

Recibí los saludos de Beppu, Raion y Gentatsu con un asentimiento de cabeza y la aparición de Kasumi con algo de resignación.

Tras de mí, la brillante Puerta de la cual solo se veía el marco redondeado y cuyo fondo era de un intenso azul claro, destelleó una sola vez trayendo mas mariposas que empezarona revolotear tabien alrededor de mis recien llegados subordinados.

Faltaba todavía mucha gente así que no podía dictar todavía las ordenes precisas. Me desalentaba el hecho de que no podría mantenerlos vigilados a todos puesto que los focos de ataque se localizaban en varios puntos bastante alejados entre sí aunque por suerte, todos se encontraban en la franja C14.

-Seriedad, Himeko-reprendí secamente al ver el pequeño numerito de la shinigami.- espero que no seas tan impulsiva ahí abajo, no me gustaría traer ningun herido.

Oteé la explanada que se abría un poco más allá de la Puerta, vigilando para ver si aparecían mas figuras de mi división. Tenía constancia de que pronto aparecería la division siete para embarcarse tambien en el asunto y no me gustaría que nos pillasen sin habernos ido todavia.

Calma.. calma.. ¡es tu capitán! baja ese puño..
No se preocupe, cuando hay que ponerse seria, me pongo seria. Aún no ha empezado la cosa..asique DE MOMENTO no hay de que preocuparse. Ahora mismo solo tendría que estar atenta de vigilarme el culo hasta llegar aqui. y ahora que he llegado..-con una sonrisa- De todos modos le pido disculpas capitán-le cedo una reverencia-
Opto por ir junto Beppu, cogiéndole de la mano, mientras esperaba a que llegase más gente.
Claramente Beppu sabía que quería decir, el que yo le cojiese de la mano..."Tengo miedo"

Los golpes de las sandalias de madera resonaban claramente a medida que Hotei avanzaba con paso firme hacia la audiencia con el Shinkaimon. Había escuchado atentamente aquella voz, a medida que preparaba su daisho y su zampakutoh para lo que se avecinaba. El joven shinigami comprendía que su primera misión estaba a punto de comenzar. Era su oportunidad para comenzar su carrera con buen pie. Sus ojos escondían su furia, mirando siempre al frente sin duda alguna en su corazón. Pronto recorrió el camino que lo separaba de aquella estancia donde le aguardaba su destino. Irían al mundo mortal, lo cual no era muy habitual en la vida de un shinigami. Pero esto no le causaba temor, ni siquiera inquietud, pues había mucho más en lo que pensar antes que en el miedo. A fin de cuentas, era hijo de un verdadero samurái, y debía comportarse como tal y honrar la memoria de su padre.

Aún con paso firme entró en el lugar, donde ya se encontraban varios shinigamis. No los conocía, sólo los había visto alguna vez por el cuartel, pero la recta vida de Hotei le impedía socializar demasiado. Al fin y al cabo, el deber era lo primero, y aún no había logrado terminar su entrenamiento. Quizás nunca lo acabaría, pero eso no era lo que le importaba. Al llegar ante su capitán se arrodilló ante él, mirando hacia el suelo mientras se apoyaba sobre la rodilla derecha y los nudillos del puño izquierdo, mientras la mano libre se apoyaba sobre su daisho.

-Mi señor, Yamada Hotei responde a su llamada, tal y como solicitó. Estoy listo para cumplir sus órdenes.-tras decir esto, esperó a que su capitán le indicara levantarse para hacerlo, sin fijarse demasiado en el resto de los presentes.

Estaba entrenando cuando recibí la mariposa, así que fui a prepararme lo más deprisa posible. Cuando llegué a la puerta comprobé que ya habían llegado algunos, incluido Raion. ¿Iban a enviarle? ¡Pero si acababa de llegar! Notaba el ambiente tenso y cargado, y tuve algo de miedo, no por mí, sino por mi hermano, no dudaba de sus habilidades, pero era algo inexperto, no quería que un error le costara la vida y allí las posibilidades eran altas.

- Se presenta la tercera oficial, Isayama Saori.

Me dirigí primero a mi capitán, para que supiera que podía contar conmigo, no iba a defraudarle como oficial. Cumpliría sus órdenes de la mejor manera posible. Después me situé al lado de mi hermano y le dije en voz baja, para no avergonzarle.

- Quédate a mi lado, yo cuidaré de ti.

Eso le había prometido a nuestro abuelo y eso cumpliría. Era mi deber como hermana mayor y como oficial. Además era mi deber moral para con alguien tan preciado para mí como él.

Apenas hacía un rato que me había despedido de Raion y andaba disfrutando de las delicias de un buen baño aromatizado cuando escuché el mensaje de la mariposa infernal. ¿Otra misión? ¿Es que no me iban a dejar en paz en aquel lugar? El caso es que eran órdenes y no podía desobedecer. Así que salí del baño y me arreglé, era una misión, así que me puse el uniforme, además, la tela era más resistente y si me tocaba entrar en batalla me importaba menos que se manchase de sangre. Total, seguro que luego iba a tirarlo...

A pesar de todo me arreglé adecuadamente, hacía días que no visitaba el mundo real, así ya de paso aprovechaba para arreglar los negocios que seguramente tendría acumulados. Era complicado ser socia de un traficante de drogas, pero daba dinero, muuuuucho dinero.

Cuando llegué me dí cuenta de que ya estaba casi todo el mundo allí. Miré al capitán, parecía tenso, muy tenso... ese cabronazo seguro que ocultaba algo... Oh, si, Harada-san tenía secretitos que no me quería contar, que malvado... Me acerqué a él para poder susurrarle al oido sin que nadie más pudiera escucharnos aunque nos estuviera mirando.

- El resto de la división, confía en tí y se la has colado. Pero a mi no me engañas... se que ocultas algo. ¿Que es lo que no estas contando?

Todo esto olia raro, muy raro. ¿Adjuchas en el Sereitei? ¿Dos misiones casi seguidas? ¿Tanta gente para una misión en el mundo real? A mi no me engañaba, detrás de esto había algo, y por la cara del capitán que estaba cagado de miedo debía ser algo MUY gordo.

Se sintió abrumado por la explosión de Reiatsu que provino del gigante. Había oído hablar de él, y nadie cuadraba mejor con su descripción: Gentatsu Tobikunai. Comparado con él, su poder era ínfimo, y ahora se había dado cuenta. Se levantó lentamente cuando el capitán hizo el asentimiento, y el gigante le habló. Era imponente, inmenso, con un nivel de reiatsu claramente superior, estaba muy por encima de su categoría. Pero después de la primera impresión, se dijo a sí mismo que algún día conseguiría un poder similar o mayor, y se tomó como meta personal superarle. Aquello era importante, una muestra de la inmensa admiración que había provocado en el joven aquella inmensidad, y no sólo por tamaño, sino por poder obvio. Y no sólo eso, el capitán no se sentía abrumado por semejante poder: el suyo sería aún mayor. Estaba entre grandes.

No he tenido la ocasión de conocerle. ¿Usted es...?

-Isayama Raion, shinigami raso. Es un honor conocerle, Gentatsu-senpai.

Pronto llegó su hermana. Había que ver qué guapa iba siempre, casi le daba envidia y todo. Desde luego era un orgullo de hermana, toda una Isayama de los pies a la cabeza, como le decía su abuelo cuando ella no escuchaba. Tenía que protegerla, pero para ello tenía que llegar a su nivel primero. Mientras tanto, sólo sería una carga para ella. De hecho, aquel pensamiento casi se extendía a todos los presentes, sentía como si fuese insignificante frente a la experiencia y poder de tantos shinigamis...

- Quédate a mi lado, yo cuidaré de ti.

Raion frunció levemente el ceño. Sin dejar de mirar educadamente a Gentatsu, con el cual había entablado una conversación cordial, tuvo que replicar a su hermana. Una cosa es que no fuera tan poderoso, y otra distinta es que ella se dedicase a protegerle. Necesitaba salir fuera de la protección de su familia, no sólo fuera del combate, sino dentro. Nacer el pequeño no sinigficaba que no fuese igual de capaz, y quería dejarlo claro. Siempre con educación, claro estaba. Y murmurando, no quería avergonzarse.

-No, hermana. Debo aprender por mí mismo, y eso haré-Raion era una persona decidida cuando tomaba una resolución, y esta era una de esas pocas veces. Por algo no había aprovechado que estaban en la misma división para poder estar un poco más de tiempo juntos.

Iruka llega al grupo de gente. Tenia tres bollos uno en cada mano y otro en la boca, sus intentos de deborar el bollo sin ayuda de las manos eran deprimentes.

Tras varios intentos de comer el bollo sin ayuda de las manos, decide que debe ceder uno de sus preciados bollos a uno de los presentes.

- Hotei nosecuantos se presenta - menciona uno de los presentes y segun como termina la frase le planto uno de los bollos en la mano.

Una vez liberado de unos de los bollos, extraigo el bollo de la boca para poder hablar.

- Bienvenido Hotei, más vales que comas - Señalando el bollo que ahora el sostenia en la mano - te vendra bien algo de energia extra.

Pego un bocado al bollo, y trago apenas sin masticar.

- No sabemos lo que nos depara ahora el futuro. Pero se que el presente podemos hacerlo dulce comiendo estos bollos.

Tanta gente reunida no era bueno, y la noticia me pillo desprevenido. Quizas no habria aparecido si la gente de la cocina no me hubiera dicho lo de la reunion mientras cogia unos bollos. Ademas queria dar de comer a harada pero seguro que si iba a mi habitación, no llegaria a tiempo aqui.

*Gentatsu sonrie con gran afabilidad a Raion cuando este le habla. La sonrisa no le dura mucho. Es fácil ver en su expresión que le desagrada ampliamente el tal Iruka y la parejita de Beppu y la chica que le coge la mano. Su expresión es una gran mueca de astío, pero su postura es exáctamente la que la situación rewquiere: piernas abiertas formando un angulo de 30 grados con la ingle y las manos cruzadas a la espalda. Pese a todo, su hipetrofiada musculatura hace que incluso esta postura parezca una pose de combate*

*Cuando el joven Isayama ha acabado de hablar con su hermana, Gentatsu aprobecha el barullo para inclinarse un poco y hablar con el. Si las ordenes empiezan a mitad, callará a media frase, pero de momento, la normativa no especifíca que deba guardar silencio*

- El placer es mio, joven Isayama *le responde, con una sonrisa cortés en los labios, que enseña sus colmillos tambien hipertrofiados. De todas formas, es un alivio ver que una persona con unas facciones tan brutales y salvajes puede mostrar una expresión tan cordial como una sonrisa y es tan amable* . La sexta división espera grandes cosas de usted y yo mismo estoy convencido de que no tardará mucho en demostrar a todos su tenacidad. *Gentatsu inspira, hinchando el pecho. Ahora que el joven puede fijarse, se da cuenta de que toda la energía que desprende está ahora calmada. Cuando llegó, pareció un fuego recién encendido, furioso y deborador, pero ahora es como una monstruosa hoguera: calmada, va crepitando, las lenguas de riatsu bailotean de forma hipnótica, pero son cálidas y agradables. La subida de temperatura, ademas, se agradece* Estoy seguro que hará honor al apellido de su familia como ya hace su más que loable hermana, aqui presente, una persona más que digna de admiración. *Añade el gigante, dando muestra de su gran educación. Pese a su voz de trueno y semejante a un gruñido de animal, sus alagos y formulas de cortesía no parecen en absoluto forzadas, más bien tienen toda la pinta de ser sinceras*

Me alegro de que haya en esta división un shinigami raso tan bien educado y tan respetable como usted, joven Isayama *añade, lanzando una mirada de reojo al trio de ruidosos criajos con su ojo empapado en cierta ira* . Ojalá contasemos con más oficiales igual de dignos de alabanza *finaliza, sacudiendo un poco la cabeza, con el consiguiente serpenteo de su enorme coleta*

La joven había oído la mariposa de sobras y eso había hecho que necesitase hablar durante un momento con su querida Zampakuto, la joven sinuosa. Ella también estaba alterada y lo sabía por la forma en la que la joven empezó a cambiar su tamaño y volverse en esquivo polvo mientras compartían la conversación.

Sus encuentros solían ser divertidos, y pocas veces podía vérselas así de serias, sin embargo, así fué como hablaron hoy. ella le dió todo su apoyo como siempre y compartía ideas hacerca de lo acontecido el primer día. Apenas había comenzado y ya estabamos así...

¡Shunpo!...

La pequeña apareció en un momento ante todos los presentes, con un gesto algo malicioso que enseguida cambió a su actitud actual. Los que no la conocieran pensaría que quizá estaba intentando enfocar, o se le habria metido algo de polvo en los ojos, pero Shinju ´si que percibiría su gesto...

-Buenos días a todos, Yakushiji Kagerou, teniente de la sexta división - dije sin más, con un tono denotadamente serio. Me dispuse al lado de Shinju, una vez la mala pécora se quitó de en medio - ¿Estamos listos?

Lo preguntaba mas por nosotros que por ellos, ahora teníamos TODO aquel peso a nuestro cargo, y pro mucho que dijeran, salvar el culo a tanta gente es muy pesado para dos, por muy buenos que fuésemos...

No se oye nada, que a gustito...Estube a punto de cogerla y la muy cabrona se me escapó, asi que al final el mensaje me llegó. Me levanté como pude...Si es que no son horas...

heché a andar hacia la puerta del Shenkaimon y fué entonces cuando al fin se despertó, gorgoteando como siempre. hija, si es que eres lenta hasta para despertarte...

Bostecé con mas ímpetu que el Rey León, toma 17 y entonces me di cuenta de algo. Me había dejado el paquetito en casa. Si hubiesen podido, los ojos se me habrían llenado de lágrimas...

¡¡COMO SE ME HABÍA OLVIDADO ESO, POR EL DUQUE PIONERO DE SAN PORDIOSERO!!...

Me dirigí corriendo hacia el portón ese con la esperanza de que mi salvadora y camello hubiese llegado ya. apenas los vislumbré comence a gritar desde lejos, y apenas le dió tiempo a darse cuenta, yo ya la veía frente al capitán.

-ya...SU...YOOOOOOOOOOO - dije tirándome en plancha prácticamente sobre ella, pues había dado un traspiés, ella no llegó a caerse, pero si la sujeté del obi para levantarme, dejándola hecha unos cirios, cosa que me importó...nada - Me lo he dejado, Me lo he dejado!!! -dije zarandeándola, y no la dejé en bolas de milagro - ¡¡Me...Lo...He...DEJADO!!!!

Puse una mano frente a mis ojos mientras me apoyaba en su hombro con la otra, con un aire trágico digno de una telenovela, sin importarme el numerito.

-Por favor, Yasuyo...-dije implorante mientras me arrodillaba rápidamente mirándola - Necesito un cigarro!!...

Espere puff...lo menos cinco segundos y entonces me levanté de un salto y la cogí de nuevo por la pechera, fuera de control.

-¡DAME UN CIGARRO, POR LO QUE MAS QUIERAS!...- sabía que cuando me ponía así, era un peligro. Al resto podía sonarle a cachondeo pero Yasuyo sabía que pasaba si me quedaba sin tabaco, y creedme...el horror...

Ella ya me lo había dicho...que no se me ocurriera salir sin tabaco...¿Pero cómo demonios se me había olvidado?...

Lleguó corriendo y con la lengua fuera ya que cuando habian recibido el aviso Kotaro se encontraba bastante lejos de la puerta y no dominaba el shunpo muy bien.

-Lamento la tardanza.-dijo mientrás recuperaba el resuello.

Se acomodó todo lo que pudo e hizo la respectiva reverencia`para saludar a sus superiores tal y como dictaban las normas.

Se sentia nervioso, seria la segunda vez que bajaria al mundo de los vivos aunque la primera en calidad de mision de emergencia. Y la verdad, no le gustaba el cariz que estaba tomando el asunto, tantas misiones seguidas no era normal, al menos para él.
Se mantuvo en silencio esperando las ordenes pertinentes, el asunto era serio y no queria ser un lastre.

Cuando me quise dar cuenta tenía a Ai gritándome desesperada al oido y estaba semidesnuda delante de todo el mundo, no es que me importara en exceso, pero no me parecía apropiado. Aunque lo que más me preocupaba era que Ai se hubiera olvidado de verdad el tabaco, lo que acababa de hacer no era más que el principio de una masacre... Así que saqué rápidamente un paquete que llevaba para usarlo en alguna ocasión mejor, y se lo dí rápidamente.

- Siempre te he dicho que te asegures de que no te dejas el tabaco, luego pasa lo que pasa...

No pude evitar dirigirle una mirada furtiva a Raion y en cuanto me aseguré de que me estaba mirando me sonrojé inmediatamente como si fuera un tomate, algo que seguramente a Ai no le cuadraría mucho, pero sabía que por su bien lo mejor era no hablar cuando había gente delante...

Una vez que el paquete estuvo en manos de Ai me vestí de nuevo, volviendo a estar en una situación más presentable.

- Y por favor, adminístrate y compra tabaco...

Lo que a una persona normal le duraría un mes a ella le duraba una semana, y yo estaba harta de que siempre esquilmara mis plantas, a este paso tendría que ampliar mi jardín.

No le arranqué el brazo cuando me tendió mis hierbitas mágicas de milagro, por que cuanod me daba sínroem de abstinencia empezaba a no medir mi fuerza y apenas podía controlar mis funciones motoras. Pero lo peor era que a veces podía estar sin fumar sin darme cuenta, peor como me apeteciera tenía que tenerlo...ya...

Cogí el paquete, y mientras comenzaba a temblar entera y empezaba a sudar ligeramente, por el esfuerzo de contener los nervios de mi cuerpo que en breve comenzarían a dar sacudidas y retorcerse por la ansiedad, me concentré en seguir cuerda y en liar el dichoso cigarro. En unos segundos había prendido fuego a mi inseparable fipo y estaba encenciéndo la hierba. Kyoky Hijoni sin duda ninguna...

Toméuna calada tan fuelte que hasta yo pense que se me rebentaban los pulmones, a pesar de que sabía que ahora oiría a mi querida zampakuto mas fuerte no le di importancia. Al fin y al cabo íbamos de misión y era importante estar bien atenta, por que ya me pareció raro lo de ayer...¿o fue antes de ayer?...

Bueno que mas dá...

Le dí un fuerte abrazo a Yasuyo, pero con cuidado. De verdad sabía que me había salvado el culo, le susurré al oído de modo que solo ella me oyó.

-A tún, tun tun turun...-sonreí mientras me separaba de ella. Ella sabía que para mí esas chorradas mostraban mi afecto por ella...o no...me daba igual...yo lo sabía...juasjuas...

Me separé un poco y abrí la boca enormemente, un par de hilillos habían comenzado a deslizarse por mi nariz, de modo que marcaban la necesidad que tenía el humo de salir de mis pulmones. Expiré con fuerza, haciendo que una honda de humo saliese de mi boca, pero en una cantidad desproporcionada. Inconmensurable para lo que se supone había sido la calada...

Expiré con tanta fuerza que fué como un soplo de viento, que se rompía al contacto con los cuerpos de mis compañeros y se arrastraba por el suelo, formando una espesa neblina de un blanco impoluto y un dulce aroma avainillado.

Me posé el cigarro sobre los labios e hice una profunda reverencia, y al levantarme me rasqué el cuello, algo incómoda.

-Es que...de verdad necesitaba el cigarro...- dije en cierto tono de disculpa - después de mi gran aparición, lista para darle caña...

Dije mientras miraba al capitán Harada, asintiendo levemente con la cabeza, y levantaba la mano, meciéndola muy rápidamente para saludar a mi gigantón delicioso...

[FDP: si gentatsu, va por ti...XD]

Beppu observó el espectáculo que acababan de formar Ai y Yasuyo con el tabaco. *Ai, siempre igual* pensó, ladeando ligeramente la cabeza y riéndose por lo bajo. Ya todo el miedo se le había ido, veia como iban llegando los miembros de la división, y se sentía muy seguro, sabía que no eran carne de cañón, que va, aquello eran en gran parte oficiales y nada más que un par de shinigamis rasos que la verdad, prometían mucho. Como el tal Raion, al cual le estaba dando un discursito el grandullón. Beppu no había ignorado la mirada que éste les había echado, pero al escuchar el comentario sobre los oficiales, le lanzó una mirada que simplemente decía "Cuando llegue la del combate, demostraremos por qué somos oficiales".
Luego sintió la mano de su amada sujetándolo, el le devolvió el apretón con calidez y le sonrió ampliamente, con sus ojitos verdes brillando.
- Tranquila, pequeña mía - le dijo en voz baja.

Ojeó a los presentes de nuevo. Raion y Gentatsu y a la hermana de Raion, cuyo nombre no había oído bien, Yasuyo y Ai, Hotei, que había pasado de ellos en desmedida, cosa que veía mal completamente, cierto que el capitán es el capitán, pero el resto son también superiores, aunque tampoco le importaba mucho, e Iruka, que acababa de llegar lleno de bollos..*Que hambre* pensó mientras seguía mirando. Estaban el mismo y Kasu, y finalmente el capitán y la teniente.
Mas o menos se olía los grupos de combate...aunque no era Harada, quién sabía qué pasaría...

Dios...

Me dieron ganas de dar rienda suelta a mi instinto asesino. Entre el alboroto y la preguntita de Yasuyo me estaban sacando de mis casillas. Esto era serio.

-Lo que no te cuente yo a ti no es asunto tuyo querida, a ver si ahora va a ser culpa mia que los hollow ataquen el mundo mortal...-murmuré solo para que ella lo oyera.

Me adelanté un par de pasos, eché un vistazo a Kagerou y a Saori y me aclaré la garganta.

-¡Muy bien tropa, a partir de este momento nos encontramos en mision oficial por orden del comandante del Gotei 13!,¡bajaremos al mundo de los vivos para encargarnos de la franja C14 al completo, que abarca todo el huso horario CET!-hice una pausa para que pudieran asimilarlo bien.- ¡Nos dividiremos en grupos de dos que pasaran por la puerta que se les abra a lo largo del camino en el tunel Dangai ¿de acuerdo?!

Volvi a echarles un vistazo a todos.


-Himeko y Takamori entrarán los primeros.-dos mariposas negras se acercaron a ellos.-les seguirán Kurono y Yoshikawa, en tercer lugar saldrán Yasuyo e Iwashiro, tras ellas Tobikunai y Yamada,-sendas mariposs negras tambien volaron hacia los mencionados.- Miyagi y Asakura.-ese par me preocupaba ya que eran de menor rango y temía por su seguridad.- Kurotsuchi e Isayama Saori y por último...

Mire al joven hermano de mi tercera oficial y luego a Kagerou.

-Isayama-kun, Kagerou... vendreis conmigo.-anuncié finalmente

No lo quedaba mas remedio, no podia dejar al joven solo y tampoco iba a dejarlo pegado a las faldas de su hermana.

-Esta no es una mision cualquiera, tened cuidado y abrid bien los ojos, nosabemos todavia muy bien que nivel de poder posee el enemigo allí abajo pero los infomes de rastreo de la segunda division anuncian enjambres completos de hollow.

Les miré a todos con ojos algo paternales.

-Mas os vales volver sanos y salvos que si no no podremos hacer una fiesta.-comenté para suavizar el ambiente.


-Los primeros que vayan entrando.- la luz de la Puerta se intensificó aun mas, invitando a entrar.


Me aparté de ella para dejar paso y respiré hondo.



[El master abrirá los post de misiones en el mundo de los vivos, tened paciencia. Si despues de este post quereis postear que os vais, podeis hacerlo o tambien comentar algun aspecto de la marcha]

Iruka levanta la mano.

Una pregunta harada ¿Quien es Kurono? - Ese apellido me suena poquisimo, ¿quien seria?

Todos me miraron como si tubiera que conocer a kurono... jo... es que soy muy malo recordando apellidos sniff...

Beppu no llegó a escuchar la pregunta de Iruka, cuando su capitán lo ordenó, sonrió, con ansias de que llegara la misión, y se acercó a un último saludo.
- Esperaremos cualquier orden al otro lado, Capitán - dijo.
Kasumi se le enganchó en la espalda y comenzó a correr a través del túnel, agarrando la empuñadura de la katana.

Edito: Tengo el permiso del personaje de Kasumi para realizar la acción descrita.

*Tras saludar con un suave gesto de cabeza y su característico parpadeo (ya que un tuerto no puede guiñar el ojo) a Kurotsuchi y excusarse lo más educadamente posible de los Isayama, Gentatsu busca con su mirada monoocular a su compañero. Tarda algo en localizarlo, pero al fina consigue encontrar al samurai de sandalias de madera. Y le causa buena impresión*

*Con dos pasos de los suyos, equivalentes a 5 o 10 de una persona normal, el coloso de la sexta se acerca a Yamada. Pese a la longitud de sus pasos, estos son sumamente lentos, igual que el movimiento corporal en general del gigante. Una vez lo suficientemente cerca como para hablar y lo suficientemente alejado como para que ninguno de los dos tenga que torcer el cuello en exceso para hablar con el otro, Gentatsu tiende su mano a Hotei, una mano suficientemente grande como para rodearle el torso con facilidad*

- Mi nombre es Gentatsu Tobikunai y soy el decimoquinto oficial de esta división *se presenta, sumamente formal y educado. Su tono de voz muestra respeto, pese a ser potente como un trueno y estar cascado y rasposo como el gruñido de un animal* Será un placer combatir a su lado, ¿señor...? *pregunta, aunque está más que claro que se refiere más al rango que a su apellido, que ya ha oido antes. Sin embargo, el hecho de preguntarlo así denota una gran educación y respeto por su interlocutor*

FDI: Sé que me odiaréis por esto, y no me gusta ser quisquilloso, pero no existe ningún meridiano 14 (sólo hay 12 y no se llaman por su orden, sino por grados) U^^.

Entre el bullicio de gente, Hotei recibió en la mano un bollo, lo cual le sorprendió, ya que estaba mirando al suelo cuando Iruka se le acercó. El samurái recibió el bollo algo perplejo, ante lo cual sólo un extrañado "gracias" surgió de sus cuerdas bocales. Le dio un mordisco al bollo, no quería parecer desagradecido, aunque, ciertamente, no sabía como debía actuar. Tras esto escuchó las palabras del capitán. Parecía que debería ir acompañado de un tal Tobikunai. Cuando oyó su nombre comenzó a buscar a su compañero, pero parecía que él había sido detectado antes. Un gigantón se le acercó, tendiéndole una enorme mano. Incluso Hotei, que era alto, era empequeñecido por aquella mole de músculos. Pero Hotei no se dejó impresionar. A fin de cuentas, estaba de su lado, ¿no?

-Mi nombre es Gentatsu Tobikunai y soy el decimoquinto oficial de esta división. Será un placer combatir a su lado, ¿señor...?

Aunque Hotei no era demasiado perspicaz, no había que ser detective para descubrir que a aquel hombre le interesaba más saber su rango que su nombre, ya que Hotei se había presentado alto y claro. Haciendo una reverencia, no tan marcada como la que le hizo al capitán (al fin y al cabo, ambos rangos estaban bastante alejados), Hotei habló con seguridad a su enorme compañero:

-Mi nombre es Yamada Hotei, soy un shinigami raso. Es mi primera misión en el mundo humano, pero estoy preparado para el combate.-

*El gigante responde con una inclinación de cabeza y una levísima reverencia a la susodicha del samurai, tal y como ordena el protocolo. Una vez han acabado con esa formalidades, Gentatsu sonrie con afabilidad y mira con su ojos a los ojos del shinigami que lleba tres armas: el daisho y una zampakutoh*

- ¿Será tan amable de informarme de sus capacidades en combate *solicita el coloso, con tono amable de la voz pero palabras autoritarias. Es todo lo educado que puede esperarse de un superior, lo cual deja claro que sigue ferreamente la disciplina de la corte* y de todos los datos específicos de los que sea menester que conozca para plantear las posibles acciones para cuando haya que entablar un combate?

*Gentatsu mantiene su sonrisa, aunque en su ojo se puede apreciar que en su mente, todo son número y calculos sobre situaciones, combates y estratégias. Parece un estratega de confianza y un lider aceptable, almenos su expresión es algo más profunda que la de un simple matarife enorme con una espada más alta que la mayor parte de los reunidos en el patio*

*Mientras escucha a su compañero de misión, espera el turno de salir al mundo de los vivos*