Ah, ¿quedamos? [4 de Enero- Mañana]

Me personé en el dojo, lista para la reunión de la mañana, pero en cuanto asomé la nariz por la puerta, el silencio chocó de lleno contra mis oídos.

No había nadie.

Arrugué la nariz en un mohín de fastidio. me habia levantado pronto e incluso habia pasado por el comedor para desayunar como es debido. Pero para nada al aprecer ya que viendo el panorama podría perfectamente haberme levantado media hora mas tarde y haber podido remolonear en el baño mas de la cuenta.

Suspiré.

Bueno, supongo que después de lo de ayer, todo el mundo estaría si no cansado, herido de alguna forma. Y aunque yo habia sido una afortunada con suerte, la cicatriz reciente que surcaba mi mejilla derecha era prueba indiscutible de que nadie esta a salvo nunca.

Me senté tranquilamente contra la pared sur, debajo de una de las ventanas, a esperar al resto de la división. Se suponía que hoy ibamos a hablar de las misiones y quiza me daba algo de verguenza admitirlo pero seguramente de haber ido sola me habrian vapuleado todavia mas.

Me lleve la mano a la cara y cerre los ojos echando para atras la cabeza.

No...

Me sentía pesado. Por fuera mi porte se asemejaba demasiado a las caras de palo que le habia visto a mi antiguo capitán pero por dentro me sentía tan derrotado que me habría escondido en un armario y no habria salido ni para comer.

Pero habia que hacer las cosas bien y mi trabajo todavia no se habia acabado, no iba a rendirme.

Entré al dojo con la cara seria, abriendo la puerta corredera con naturalidad, pero me quedé un poco a cuadros al ver que tan solo una persona ya habia llegado.

-Buenos días.- dije con voz neutra acercandome a mi subordinado que resultó ser una chiquilla..- has madrugado... mmm... Hayate-chan.

La recordaba de haber examinado su historial pero hasta hoy no la habia visto en persona. Tenia que aprenderme tantos nombres....

-Buenos días.- dijo una voz neutra acercandose a mi, resultando ser mi capitan- has madrugado... mmm... Hayate-chan.

Me levanté de un brinco y me incliné casi horizontalmente.

-¡Buenos días Harada-taicho! Es un honor conocerlo por fin en persona.- volví a erquirme manteniendome todo lo recta que podía.

No es que hubiese oído hablar mucho de él, por no decir nada, pero conocer al capitán de la división propia siempre era motivo de regocijo que podría derivar en nepotismo si las cosas iban bien.

Todavía tenía cosas que hacer y para eso necesitaba mas visitas a la biblioteca.

-¡Buenos días Harada-taicho! Es un honor conocerlo por fin en persona.- la chiquilla se puso muy recta y seria asi que sonreí todo lo que pude.

-Vamos vamos, no hace falta todo eso... pero gracias.

Le indiqué que se sentara de nuevo si quería mientras me paseaba por la estancia. Esperaba que la gente no tardara mucho mas.

-Bueno, ¿que tal te sientes en la división? ¿Has tenido algun problema?.- pregunté al cabo de un rato para mostrarme amigable.

Akari entró en el Dojo con pasos algo largos y apurados, tenia que ponerse a entrenar en cuanto antes.
Frenó en seco al ver que alli habia dos shinigamis presentes, hablando entre ellos.
Uno parecia imponer mas autoridad que otro... Entonces entendio a que era debido esto, ya que era el capitán.
Sin saber si realmente se habian percatado de su presencia alli, se quedó inmobil, no podia articular movimiento alguno...
~Y si fuera...- Pensó con detenemiento, clavando su mirada a los shinigamis- No, imposible...

Retrocedió unos cuantos pasos para no interrumpir la conversacion que alli estaba teniendo lugar, aisló todos sus pensamientos y esperó a que acabasen de hablar, para entrar... No queria interferir en ninguna conversacion, fuera cual fuera.

-Vamos vamos, no hace falta todo eso... pero gracias.- parecía bastante agradable pero mejor no tentar a la suerte.

Me indicó que me sentara de nuevo así que le obedecí y me recliné de rodillas sobre mis talones, echada contra la pared mientras él se alejaba unos cuantos pasos.

-Bueno, ¿que tal te sientes en la división? ¿Has tenido algun problema?.- preguntó al cabo de un rato para mostrarse amigable a mi parecer.

Medité durante unos momentos y recordé la misión del día anterior, los hollows y el raspazo.

-Bueno, umh... llevo poco aquí así que no sabría decirle, aunque lo de ayer me pareció un tanto excesivo.- comenté.

Fue entonces cuando sin querer miré hacia la puerta abierta y vi la figura de otro shinigami, una chica ademas, retroceder para no interrumpir. Me levanté de sopetón. Pero la chica ya se habia ocultado tras la pared, tal vez para dejarnos intimidad al capitan y a mi con la conversacion que teniamos.

-Capitán, creo que no quiere molestarnos.- comenté por lo bajini.

-Bueno, umh... llevo poco aquí así que no sabría decirle, aunque lo de ayer me pareció un tanto excesivo.- comentó ella.

La seriedad inundó mi rostro ante aquello. Bien cierto era que había sido mandarlos al matadero pero yo no habia tenido ni idea de que fuera a pasar eso. Por lo que habia oído, todos mis pelotones habian recibido la visita de mis antiguos compañeros de trabajo.


-Capitán, creo que no quiere molestarnos.- comenté por lo bajini.

Su vocecilla me sacó por encantamiento de mis cavilaciones y me giré hacia donde ella miraba, justoa tiempo para ver el dobladillo de la manga de un uniforme. Un shinigami habia llegado pero tal vez no queria importunarnos.

-No te preocupes.- respondí.

Avancé rapidamente hacia la salida y me asomé un poco para ver quien era. Otra jovencita, bastante guapa, esperaba junto a la pared.

-No mordemos querida, puedes entrar si quieres.- dije esbozando una de las sonrisas mas grandes que pude.

Al parecer ninguno de los dos shinigamis se habia dado cuenta de su presencia.
Escuchó como uno de los dos se incorporaba y cesaba la conversacion momentaneamente, a continuacion escuchó pasos que cada vez se iban acercando mas hacia su posición.
Una figura se plantó frente a ella.
A esta accion, alzó la cabeza con un movimiento brusco y abrió bien los ojos, una timida sonrisa se figuro en su cara.
La mirada de Akari se fijó en los ojos del capitan, aunque rapidamente desvió la mirada, por verguenza. Algun dia tenia que aprender a ser menos descortes, ademas, frente a su capitan.

-No mordemos querida, puedes entrar si quieres.- Dijo el Capitan terminandolo en una calida sonrisa.
Ante esta acción, Akari, inconscientemente amplio la sonrisa que ya tenia.

- Pero...-dijo, titubeando ligeramente, notablemente ruborizada- no quiero interferir, estando presente en conversaciones ajenas...

Tras terminar esto, se dio cuenta que ni si quiera habia saludado a su capitan.

-¡Buenos dias, Capitan!- dijo,con decision, fijando su mirada en la suya, sonriendo, pero notablemente avergonzada- ¡Perdon por mi descortesia!- Y agachó la mirada de nuevo.

Pude oír las respuestas que, al parecer era una chica, daba el recien llegado al capitán. Me recliné para tratar de ver pero de nuevo las acciones que tendría que llevar a cabo en unas horas inundaron mi mente.


La voz susurrante de mi hermana mayor se abrió paso entre mis pensamientos funestos sobre lo delicado de nuestra situación. Aunque solo me quedaba contactar con el enlace...


Me levanté con desgana yu me asomé por el quicio de la puerta.

-Ah capitán, no se la quede para usted solo.- sonreí.- me llamo Hayate Mei, mucho gusto en conocerte.- me incliné ligeramente ante ella.

Era una chica joven, como yo, muy bonita y con el pelo largo. me pregunté cuanto tiempo llevaría en la division.

Se olleron unos ligeros pasos acercandose a su posicion y por el rabillo del ojo, vio una chica rubia se aproximaba.
Levantó la mirada hacia ella, mirandola con cordialidad.

-Ah capitán, no se la quede para usted solo.- dijo sonriendo la recien llegada- me llamo Hayate Mei, mucho gusto en conocerte.- he hizo una leve inclinacion hacia mi persona.

Abrio bien los ojos y comprobo que era una persona de fiar antes que nada. Pronuncio una leve risa, y sonrió a la chica.

- Encantada - dijo imitando su inclinacion.- Yo soy, Shiramizu Akari, puedes llamarme como mas te guste- Dijo volviendo a ampliar su sonrisa.