Primer Día, Despacho Nuevo [1 de Enero-mañana temprana]

Me despertaron las luces del sol colándose por mi ventana. Abrí los ojos perezosamente y vi que me había dormido sobre la mesa del despacho tras despachar a las mariposas negras. Levanté la cabeza de la mesa, llena de baba por tener la boca abierta, y vi que se estaba acercando la hora de preparar la reunión de presentación.

Bufé de cansancio volviendo a apoyar la cabeza sobre la superficie de madera. No tenía ganas de ver a nadie, no tenía ganas de hacer nada. Ni siquiera tenía ganas de presentarme ante la nueva división que iba a comandar.

Pero bueno, que se le iba a hacer, era mi cargo y mi responsabilidad. Así que me desperecé y observé los papeles que había esparcidos por toda mi mesa. Había estado gran parte de la noche revisando los expedientes de mis nuevos subordinados para poder conocerles mejor y por eso me había quedado dormido justo cuando empezaba a clarear.

Mirando las fotos de los archivos me di cuenta de que todavía no había visto a Kagerou desde que nos trasladaron. ¿Qué estaría haciendo?

Iba a levantarme para estirar las piernas cuando sentí un inmenso reiatsu inundar prácticamente todo el espacio que ocupaba mi despacho, seguramente proveniente del patio de al lado. No tardé en saber que aquello era producto de un desperdicio informe por parte del portador. Sonreí divertido, debía de ser el reiatsu de ese chico de la once al que habían trasladado hacia poco a la sexta.

Interesante.

Volví hacia mis papeles ignorando esa energía, que podría ser mucha y poderosa pero no me intimidaba…

Las había visto más grandes o más oscuras… como la mía o...

Como la de mi antiguo capitán.

Paseé con lago mas de calma de la que me había largado del patio. Harada Shinju...¿Que se te habría ocurrido esta vez? Este hombre como siempre, una caja de sorpresas. No le había visto desde el traslado. Me preguntaba cómo estaría y qué estaría haciendo. Mas bien si habcía lo que debía. Menos mal que estaba con él para hecharle una mano.

Agudicé un poco el sentido a ver si le localizaba. Me conocía mucho y bien su riatsu como para no percibirlo, aunque el riatsu de aquel bestia parda iundaba todo el lugar, apestando cualquier rastro. Finalmente me decanté pro ver si estaba en el despacho. Toqué un par de veces la puerta de manera respetuosa y luego abrí asomando la cabecita.

Él estab ahí sentado en el sillón, delante del escritorio. Que bien le sentaba... de no ser por la cara de alelado que tenía el pobre, como si se acabara de levantar. Mis ojos se iluminaron con la ilusión que tenía de verle y sencillamente entré a todo galope haciendo un ruido sordo pro cada pisada mientras iba acercándome.

-shin...jU...CHAAAAN!!!- dije dando un salto limpio por encima del escritorio como si de un potro se tratara y aterrizando suavemente sobra sus rodillas mientras le estrechaba entre mis pequeños bracitos el cuello, ya que no abarcaba todos sus hombros. - ¿Como estas?...

Dije sin demora otorgándole una bonita y sincera sonrisa, de esas que le hacen a uno florecer lágrimas de emoción.

-Y por cierto...-dije recordando. luego le di una tobita en la frente - ¿Que es eso del nombre, capitán?

Buf.

Cualquiera diría que se estaba desatando el caos en el patio, que incluso desde aquí podía oír la aldabaría de voces y ruidos varios. Trataba de concentrarme pero una y otra vez, los estallidos de reiatsu de ese tipo sin control o la mierda que escuché sobre los peces hizo que me riese por lo bajo.

¿Tan difícil resultaba meterse en el charco y quitar el barro de encima del mosaico?

¿Se había tirado la noche cambiando las piedrecitas para nada?

¿Qué clase de subordinados tenía?


Repasaba una vez más los nombres de los oficiales para aprendérmelos cuando tocaron a la puerta dos veces. No pregunté quien era ni di el alto, sabía de sobra que tras la puerta aguardaba Kagerou, su energía aunque camuflada era demasiado conocida para mi.

Ella entró sin decir nada con lo cual no levanté la vista de la mesa. Sin embargo, al poco pude oír las pisadas roncas que martirizaban mi suelo…

… y sin darme tiempo a decir algo, Kagerou ya había saltado sobre mi escritorio para caer sobre mis rodillas, dándome la impresión del siglo.

-shin...jU...CHAAAAN!!!- Se me agarró al cuello dedicándome una sonrisa que habría derretido a cualquier abuelo.

Pero no a mí.

La bajé de mis rodillas y la senté en el borde de mi escritorio después de apartar el papeleo.

-Kagerou…-meneé la cabeza con la cara seria- ¿Ya vamos a empezar como de costumbre?-

La miré un momento con la cara mas fría que pude imprimir `pero enseguida la sustituí por una sonrisa bonachona.

-¡Es broma!- Le rasqué la cabeza despeinandola.- ¿Qué tal te fue el traslado?

Me levanté de la silla y me puse delante del escritorio dando una vuetla comop si bailara.

-¡Mira, mira! ¡Llevo haori! ¡¿A que me queda bien?!

He de decir que me asusté un poco cuando puso aquella cara. Si no conociera su caracter bromista pensaría que se había molestado, pero gracias a Dios solo me tomaba el pelo. Me posó sobre el escritorio con cuidado y luego se levantó enseñandome ese estupendo, perfecto e impoluto haori de capitán.

Mi cara se tornó triste un segundo. Pensar el solo hecho de que se enfadara conmigo me entristecía y ahora que era capitán pense´que se habría vuelto mas frío. Entendía que por la situasción no podríamos tomarnos ciertas libertades. No desde el primer momento al menos, peor me espantaba la idea de que se enfadara conmigo...no sabía ni por que...cambié la cara enseguida y sonreí aplaudiendo sobre el escritorio.

-¡¡Estas guapisimo!! ¡estaba deseando vértelo puesto! - cuando se puso delante mía sujeté el haori y mecí las manos de arriba a bajo con fuerza - qué guapo, QUE GUAPO!!...-grité como si de una fan histérica de algun idolo juvenil me tratara.

-El traslado...bueno...bien...ya sabes - una mirada melancólica se reflejó en mi mirar. Hecharía de menos muchisimas cosas, mi antiguo capitán, mi antigua división y mi antiguo puesto, por encima de...- ah, perdona...-dijo sonriendo aun sin mucha convicción en los ojos - esto de soñar despierta...

finalmente intenté cambiar de tema, reiterando la pregunta.

-y bien...¿Que es eso del nombre, Señor capitanísimo?...

Sonrió conforme ante el aplauso de Kagerou.

-¡¡Estas guapisimo!! ¡estaba deseando vértelo puesto! – hizo bastantes aspavientos que si bien me parecieron exagerados, me hicieron reir - qué guapo, QUE GUAPO!!...-ademas, gritaba como si de verdad lo estuviese.

Me miré las mangas. A diferencia de algunos capitanes, como ese de la diez que según se decía había sido alumno del genio Hitsugaya Toshiro, mi haori ocultaba mis mangas negras del uniforme normal.

-El traslado...bueno...bien...ya sabes – alcé la mirada y vi unos ojillos tristones, algo no muy propio de ella. Me pregunté si debería haber cerrado el pico.- ah, perdona...-dijo sonriendo aun sin mucha convicción en los ojos - esto de soñar despierta...

Relajé la expresión y le palpé la cabeza lentamente.

-y bien... ¿Que es eso del nombre, Señor capitanísimo?...


Reí ante aquello y di una vuelta sobre mi mismo llevándome la mano al mentón después.

-Bueeeno, pensé que sería divertido hacerles trabajar un poco sobre mi, ya sabes…- meneé la mano hacia la ventana interior como señalando el bullicio de afuera- y no sabes lo que me costó quitar las piedrecitas del mosaico del charco y poner unas negras que resaltasen… tuve que desecarlo y todo… ¿Por qué crees que sigo medio dormido?


Suspiré sonriente y volví a sentarme a la mesa.

-Y dime… ¿Los has visto? Hay uno que expulsa la energía como si le sobrara…

Su gesto me reconfortó bastante. Finalmente no parecía enfadado para nada, de hecho creo que se sentía alabado, peor es que había que ver lo monisimo que estaba con ese Haori.

-Eses es el motivo por el que no quise ser capitana - dije poniendo las manos tras la cabeza, en actitud pasota - No hay Haoris de mi talla...- dije finalmente riendo. Era una broma, y aunque quiza hubiese tenido la opción, quería estar con él...quien sabe como se comportarían despues de su broma los subordinados. Desde luego Shin chan tenía algunos puntos como para darle unas collejas...

Me giré hacia donde el estaba, para quedar sentada en una esquina, hacia donde estaba la silla.

-Pues tenías que verle, ni camuflando el riatsu, el tio debe de medir tres metros por dos por lo menos...-dije en un tono natural - es una mole. Una mole procediente de la 11 sin duda. Ha apestayo el lugar de su riatsu, y con tu bromita has montado un pitote fuera que cualquiera que este oyendo los gritos debe estar acordándose de ti...

Dije riendo de forma ligeramente retorcida, tipi kukuku.

Luego observé a Shinju un momento y mi cara se tornó seria, con una expresión que parecía no concordar conmigo, siendo sin embargo parte importane de mi naturaleza.

-Oye Shin...¿Ves futuro a esto realmente?- pregunté con tono decisivo y serio - quiero decir...
¿Ves una buena división en el futuro?...- No deje de mirarle a los ojos. Podía sentir si me mentía, o al menos eso era lo que pensaba...además no tenía por que mentirme, no a mi al menos...cuando opinábamos solíamos ser sinceros...

-Eses es el motivo por el que no quise ser capitana – dijo ella poniendo las manos tras la cabeza, en actitud pasota - No hay Haoris de mi talla...- secundé su risa. Bromas sobre su tamño las hacía a menudo pero siempre nos las tomabamos con buen pie.

Se giró hacia a mi, llegando hasta una de las esquinas de la mesa.

-Pues tenías que verle, ni camuflando el riatsu, el tio debe de medir tres metros por dos por lo menos...- Vaya, un tipo fuerte… - es una mole. Una mole procediente de la 11 sin duda. Ha apestayo el lugar de su riatsu, y con tu bromita has montado un pitote fuera que cualquiera que este oyendo los gritos debe estar acordándose de ti...

Reí de nuevo. La bromita quizá me saliese cara pero total, ¿Qué me ibana decir? Soy su capitán y han de aceptarlo…


Sin embargo, cuando cesaron nuestras risas, su carita se tornó seria, algo que me indicaba que buenos asuntos de importancia rondaban por su cabeza en esos momentos.

-Oye Shin... ¿Ves futuro a esto realmente?- preguntó con tono decisivo y serio - quiero decir...
¿Ves una buena división en el futuro?...- No dejó de mirarme a los ojos, supe que quería saber mi verdad sobre lo que pensaba de todo aquello…

Mis ojos se volvieron bloques de hielo, fríos, distantes y calculadores, dándole a entender que aunque hubiese montado toda aquella parafernalia del nombre, me tomaba muy en serio my nuevo trabajo.

-Quién sabe…- entrelacé mis dedos por delante de mi boca- llegué a enterarme del motivo de la reforma por una simple casualidad y esa casualidad es la mierda que me ha metido en esto…- estreché los ojos- sabes que… sabes tan bien como yo… que no podemos decírselo a nadie, nos cortarían en trozos…

Suspiré.

-Pero yo creo que… ellos- dije “ellos” refiriendome a nuestros nuevos subordinados”- tiene derecho a saber lo que pasó y actuar… no por nada la élite del Gotei 13 quiso levantarse en contra de la Cámara y el Rey…

Alcé la mano y le rocé la mejilla para luego acariciarle la cabeza, como si estuviera preocupandome demasiado.

-Si acepté el puesto a regañadientes no fue por la orden sino para darles la oportunidad de conocer la verdad… y por eso creo que puedo guiarles como su capitán que soy hacia ella…

Volví a mi expresión habitual de cándido.

-Y por eso me gustaría que me ayudases.

Sus gestos de cariño hacia mi, pro mucho hielo del que estubieran cargados sus ojos, eran siempre profundamente agradecidos. Por mucho que ambos actuáramos ante otros, por mucho que dijeran, sabíamos como éramos. De algo servía pasar tantísimo tiempo juntos, a parte de para pelear juntos estupendamente...

Sin embargo de verdad me preocupaba. Había rechazado un puesto en cualquier otra división. Prefería estar con el mil veces y no solo por lo mucho que le apreciaba,si no por que sabía que el pobre era demasiado noble. Aunque tubiese trece años, ya bastante me conocía los entresijos de las cosas, y sabía que decía la verdad cuando me respondió aquello. Yo ya había madurado... cuando estas tantas veces con la mierda hasta el cuello aprendes rápido...

Sin embargo el pobre Shin...daría lo que fuera por que todos supiesen de verdad lo que pasó, pero nos estaba prohibido decir nada, y yo no iba a permitir que le partieran a trozos. Eso ni en sueños...Antes me comía vivos al Gotei 13, a la cámara y a quien hiciese falta...

-Entiendo lo que dices, y sabes que lo respeto Shin...pero no podemos arriesgarnos. Ni tu tampoco...-dije apartándole la mirada - No...no quiero que te hagan daño...

Sin embargo sabía que eso serviría de poco. suspiré un par de veces. Si hubiese sido por mí, saldríamos al patio y me pondría a gritarlo a los cuatro vientos. Aquello había sido un Shock bastante tremendo y allí estabamos nosotros entre la espada y la pared y mordiéndonos la lengua...

A veces le daban ganas a uno de mandarlo todo al cuerno. Su última frase fué la que me hizo sonreír y reír en un deje de suspiro, mientras le miraba con una mirada que, si bien sus trece años parecían no permitirla, sus ojos mostraban lo contrario. Una mirada completamente maternal:

-Sé que necesitas mi ayuda. Por eso me quedé contigo...Por eso y por que sé que eres demasiado noble como para no hacer lo correcto. - dije acariciándole yo tambien la cabeza con cuidado - Me he quedado contigo. Para lo bueno y lo malo que tenga que venir... Aunque eso suponga ponernos en peligro...Conseguiremos hacer lo correcto Shinju. - dije con una firmeza bastante contagiosa - Conseguiremos hacerles comprender... y voy a ayudarte todo cuanto pueda...ya lo sabes...

Finalmente sonreí decidida y puse una mano en mi cabeza, en el modo formal, diciendo:

- ¡A sus órdenes, mi Capitán!...

-Entiendo lo que dices, y sabes que lo respeto Shin...pero no podemos arriesgarnos. Ni tu tampoco...-dijo apartándome la mirada - No...no quiero que te hagan daño...

No cambié mi expresión pero por dentro me sentí algo culpable por darle más preocupaciones a Kagerou. No lo admitiría abiertamente pero la consideraba como una esa hermana pequeña que nunca tuve. Ademas, la respetaba muchísimo más de lo que había llegado a respetar a mi antiguo capitán antes de…


-Sé que necesitas mi ayuda. Por eso me quedé contigo...Por eso y por que sé que eres demasiado noble como para no hacer lo correcto. - dijo acariciándome la cabeza con cuidado - Me he quedado contigo. Para lo bueno y lo malo que tenga que venir... Aunque eso suponga ponernos en peligro...Conseguiremos hacer lo correcto Shinju. – dijo con una firmeza bastante contagiosa - Conseguiremos hacerles comprender... y voy a ayudarte todo cuanto pueda...ya lo sabes...

Finalmente sonrió decidida y puso una mano en su cabeza, en el modo formal, diciendo:

- ¡A sus órdenes, mi Capitán!...

Estallé en una carcajada ahogada. Fue cuando oí algunos gritos más provenientes del patio.

-Parece que se lo están pasando bien. Comenté divertido. Regresé mi vista hacia los archivos de los shinigamis que había estado revisando.- Isayama Saori… 3º oficial…

Volví a mirar otro archivo.

-Galeko Fasala…

Resoplé y alcé la vista hacia Kagerou.

-No recordaba lo poco desarrollados que andan los shinigamis del Gotei 13… lo primero que haré será que pasen una revisión médica…

Sí, era eso y para poder averiguar que carga poseían los spiritrones del reiatsu de cada uno de mis nuevos subordinados. Lo necesitaría si alguna vez luchaba contra ellos.

Le miré mientras continuaba con el papeleo. A mi se me llebaban los demonios cada vez que tenía que hacerlo, aunque generalmente solía entregarlos de manera puntual. Pero simepre podías aprender muchas cosas por lo escrito en los papeles, pero ya se sabe...No creas nada de lo que veas...y solo la mitad de lo que leas...

-¿Tercera oficial? - dije asomándome a la ficha, a ver quien era - ¡Ah, la he visto esta mañana...tiene el pelo mas bonito que he visto nunca!...la he visto justo antes de marcharme, pero te aseguro que tus nuevos subordinados se acordarán de ti mucho tiempo...-dije ahogando una risita.

Luego le observé continuar con los papeles hasta que dijo aquello de la revisióin médica. alcé la ceja en actitud interrogante mientras ponía cara de no creerme nada de nothing. Me acerqué intentando mirarle de manera que se veía claramente que no me fiaba un pelo de semejante propuesta inocente por el bienestar d elso subordinados.

-Así que revisión médica ¿eh?...-dijo con ojos brillantes de desconfianza y sonrisa afilada - Pues quiero hecharles un vistazo a esos papeles yo tambien...-dije con una sonrisa autosuficiente. Si no conociera a Shinju lo suficiente sabía que tramaba algo seguro, aunque no creía que se tratara de nada pervertido...o eso esperaba al menos...

Aúnque el pobre de siempre habia sido tranquión tenía una cara de pan que no se la aguantaba ni el solo. De hecho tenía marcas en las mejillas de haberse quedado dormido encima de los papeles...Ains...que jefazo este...

-¿te has quedado dormido aqui? - pregunté sin venir a cuento. Heché mi mano a la pequeña bolsita que tenía enganchada en el obi, con la zampakuto mal atada. ¿Por qué tenía que se rmas larga? ¡¡así no había manera de poder llevarla decentemente!! visualicé durante un momento a la vaporosa mujer sacandome la lengua...saqué los dos últimos panecillos que me quedaban, ya que uno me lo había comido yo y otros dos los tenía el indisciplinado de los peces - Toma...muerto de hambre...que aprobeche...

Dije tendiéndoselos dentro de un limpio pañuelo que los envolvía. Tendría que volver a la cafetería a por mas o pedir cuando fuese a comer...Nunca se sabía cuando le daría hambre a uno...o a los que le rodeaban...

-¡Ah! ¿Has preparado algo para la reunión? - dije con un toque preocupado. Le gstaba mucho las bromitas, peor a veces se le iba de su retorcida cabeza de bromista las cosas importantes...o mas bine las que requerían mas planificación. Esperaba que no fuese como le surgiese sobre la marcha...

-¿Tercera oficial? - dijo asomándose a la ficha, a ver quien era - ¡Ah, la he visto esta mañana...tiene el pelo mas bonito que he visto nunca!...la he visto justo antes de marcharme, pero te aseguro que tus nuevos subordinados se acordarán de ti mucho tiempo...-dijo ahogando una risita.

Resoplé pero con una sonrisa. Era cierto que quizá quisiesen colgarme por eso pero ¿y lo divertido que era escucharles desde allí?


-Así que revisión médica ¿eh?...-dijo con ojos brillantes de desconfianza y sonrisa afilada - Pues quiero hecharles un vistazo a esos papeles yo tambien...-dijo con una sonrisa autosuficiente. Si no me conociera lo suficiente sabría que tramaba algo seguro…

De hecho ella debería saber mejor que nadie el porqué de aquello. No me gustaría implantar cargas diferentes a las propias tan pronto.

-¿te has quedado dormido aqui? - preguntó sin venir a cuento. La miré con ojos de cordero inocente pero el lado de la cara derecha me delataba. Tenía marcas del brazo y varias letras impresas recientes por terminar de rellenar algunos papeles. Así que asentí con la cabeza.

Luego después de eso se sacó un par de panecillos que me tendió. Hasta ese momento no supe cuanta hambre tenía. ¿Qué quieres? Recolocar las piedrecillas del mosaico no era fácil y cansaba mucho.



- Toma...muerto de hambre...que aproveche...

Los cogí. Estaban envueltos en una servilleta probablemente del comedor.

-Gracias.- Me metí uno entero a la boca y mastiqué lentamente.

-¡Ah! ¿Has preparado algo para la reunión? – dijo con un toque preocupado.

La miré algo confundido, casi me atranganté.

-¿Preparar?- pregunté con la boca llena, algo que hizo que se esparcieran miguitas por encima de la mesa- Pues claro que sí- tragué con dificultad.- les voy a dar un buen discurso de lo que necesitaré de ellos.

Fui levantando dedos para enumerar.

-Confianza, fuerza… esas cosas… ahora soy responsable de ellos, me gustaría que confiasen en mi tanto como yo en ellos…

Mi cara se transformó en una máscara nostálgica.

-Ya sabes que nunca llegué a confiar del todo en el capitán… y que por eso a veces fallaba en las misiones cuando iba con él… No quiero que pasé aquí lo mismo…

Reí.

-Aunque que desconfiase de él era normal, mira si no lo que ha conseguido hacer…

Me estaba refiriendo al motivo… al motivo de la restructuración pero no me atrevía siquiera a pronunciarlo no fuera a ser que las Fuerzas Especiales cayeran sobre mi por orden de la cámara.

- Si, si...se lo que quieres decir - dije antes de que se le ocurriera intimar mas en el motivo. Quien sabe si no nos estarían escuchando ahora mismo. Había que tratarlo con guante de seda. Lo referente a ese asunto era tabú...

Mis ojos se tornaron melancólicos también. Parecía mentira. Hace unso años estabamos tan felices. Sabía que Shinju siempre había sido algo receloso por el capitán, pero ya se sabe... y ahora no había manera de arreglarlo, ni sabía que hacer para que fuese a mejor. Todo el asunto de la reestructuración me escamaba, igual que a él, pero todavía quería saber como lo habían hecho...¿De quien habría sido la feliz idea? y yo iba a averiguarlo...valla que si lo haría...


A pesar de ser una niña, puedes saber torear a los adultos como la que mas. Todo es cuestión de saber como abordar la situación, y yo tacto tenía y mucho. No se sabe lo que un adulto es capaz de decir con un par de copas de más...

-al menos espero que causes una buena primera impresión, asi que esfuérzate ¿Vale? - dije sonriéndole con una sonrisa tierna y el brillo en los ojos - Procura que no se te arrugue el Haori, entra decidido y firme. quizá incluso deberías dejar que noten algo de tu riatsu, eso pondrá a cada uno en su sitio...-dije, en parte, por cierta mole y algunos personajes mas que daban poco a la imaginación - ¡y límpiaté la cara!...

Dije cogiéndole del mentón con suma delicadeza y restregando mi manga por su mejilla, procurando secar la tinta y que no se esparciera demasiado, hasta dejarle algo mas decente. Me bajé de la mesa y le observé. Luego repsiré con resignación...

-Señora, hicimos cuanto pudimos, pero...-subi los brazos a modo de garra, de una forma tremendista total - no hay manera de que resulte serio!...

Luego reí con ganas. Me encantaba ser tan teatrera, pero era cierto que debía comportarse como un capitán. Cambié mi espada de sitio. De verdad que era un engorro. Tendría que buscarme una forma de llevarla que fuese mas cómoda. Me había dejado mi cuerda en la habitación. Tenía una que se ataba por arriba y al cruzarla sobre el pecho, colgaba la zampakuto a mi espalda en diagonal. Era mejor para transportarla... Al menos si no se peleaba...

-¿Crees que se lo tomaran bien? - pregunté después de recolocar la zampakuto como pude - ya sabes...tu y tus bromitas, empezamos bien pero...¿crees que me aceptarán? - Me tenía preocupada. Podía haber sido capitana perfectamente, pero cantaba demasiado, sobretodo con mi edad. Estaba muy harta de que me pusiesen impedimentos por mi edad. No me preocupaba por que se solucionaría cuando creciera pero...- No me gusta que me menosprecien, ya lo sabes...y no me gustaría que lo primero que reciba de ellos sea una actitud de rechazo. Sabes que tengo mas que capacidad para demostrar que lo merezco, pero... odio a los que juzgan por las apariencias...

Sacudí la cabeza negativamente, como si ese pequeño gesto fuese a quitarme las preocupaciones de la cabeza. Sonreí de nuevo y dije:

-Bueno, que mas dá...soy su superior tanto si les gusta como si no. No voy a preocuparme por eso...¿Que mas da lo que opinen los demas? - cerré el puño de forma decidida - Estoy deseando que empiece la reunión...¿te imaginas sus caras cuando lo sepan?...

-al menos espero que causes una buena primera impresión, asi que esfuérzate ¿Vale? - dijo sonriéndome con una sonrisa tierna y el brillo en los ojos - Procura que no se te arrugue el Haori, entra decidido y firme, quizá incluso deberías dejar que noten algo de tu riatsu, eso pondrá a cada uno en su sitio...-dijo, era buena idea, debería llamarles con ese método. - ¡y límpiate la cara!...

Me cogió de la barbilla y me frotó la mejilla llena de tinta por haberme dormido encima de los papeles. Luego suspiró son resignación y levantó el puño.

-Señora, hicimos cuanto pudimos, pero...-subió los brazos a modo de garra, de una forma tremendista total - no hay manera de que resulte serio!...

Luego rió con ganas, algo que secundé de nuevo. Era divertido hablar con ella, siempre me lo pasaba muy bien. Sobre todo cuando nos olvidábamos de nuestros problemas y no pensábamos en nada más que en los cinco minutos siguientes.

-¿Crees que se lo tomaran bien? - preguntó después de recolocar suzampakuto como pudo - ya sabes...tu y tus bromitas, empezamos bien pero... ¿crees que me aceptarán? – parecía preocupaba y creo que se debía al aspecto de chiquilla que tenía. Porque perfectamente pdoría haber sido ella la capitana y no la revés, solo que eso si que habría sido raro. Aunque, había leído en los libros de historia sobre el Gran Estallido que una vez una niña similar habia sido teniente de la 11.- No me gusta que me menosprecien, ya lo sabes...y no me gustaría que lo primero que reciba de ellos sea una actitud de rechazo. Sabes que tengo mas que capacidad para demostrar que lo merezco, pero... odio a los que juzgan por las apariencias...

Sacudió la cabeza, como quitándose eso de ella, olvidándolo.

-Bueno, que mas dá...soy su superior tanto si les gusta como si no. No voy a preocuparme por eso...¿Que mas da lo que opinen los demas? - cerró el puño de forma decidida - Estoy deseando que empiece la reunión...¿te imaginas sus caras cuando lo sepan?...


Asentí con firmeza.

-Seguro que les sorprende.-sonreí risueño.

Fue entonces cuando me acordé del joven Bakamaru y la información que le había hecho ir a buscar, seguro que estaba al caer y si veía aquí a Kagerou seguro que se nos estropeaba la sorpresa. Me rasqué la nuca con despreocupación.

-Bueno, será mejor que vayas yendo a recoger la insignia, pronto iré al dojo para reunirnos y si llegas tarde no sé como se lo tomarán.-solté una risita.- Ya paso de enviarles mas mariposas, les llamaré despertando un poco mi energía.

Ya que hasta ahora la había tenido bajo mínimos incluso, no por nada seguramente bastantes se habrían desmayado al sentirla.

La muchacha observó un momento si ropa. Era cierto, se había dejado la insignia sobre la mesa...¿tener que volver ahora? Jo! ya podía haberselo dicho antes, en vez de esperar al último momento. siempre igual, ahora llegaría tarde, seguro...pero bueno...era mejor ir con la insignia...

-Jo! que rollo - dijo con ese toque infantil que ella poseía de manera natural - Bueno, tendré que ir...no quiero darte mala imagen -dijo sonriendo. Volvió a colocarse la zampakuto, esta vez como se supone que devía llevarla.

Miró al capitán, dirigiéndole una sonrisa cómplkica y volvió a mirarse ella, para estar segura de que llebaba encima todo. Debería cambiarse el obi, ya qu eeste era rojo, pro el blanco habitual de su uniforme, y quizá ponerse el que no llebaba mangas, aunque...

No. No creo que me haga pelear. prefiero quedarme con este. Miró pro última vez al capitán y le dijo:

-Bueno, quizá llegue un poco tarde. Suelta algo de reiatsu, y cuando llegue haré lo mismo por compensar, perono te cebes...no queremos que nadie se desmaye dentro del dojo. No quiero que me babeenen el tatami nuevecito...-soinreí e hice un gesto con la mano a modo de saludo, pero con dos dedos - Hasta ahora, capitán...

Dijo antes de desaparecer usando el shunpo, con dirección a su habitación, en busca de la insignia que había dejado descansar sobre su mesa...

Un rato después, una figura abrió la puerta del despacho del capitán, sin llamar antes siquiera y con cara de pasotismo total en su rostro. Miró a su alrededor en silencio y luego se fijó en el hombre que estaba en el despacho, por lo que entró cerrando tras de sí

Nas, Capi... aquí tengo el encarguito que me pediste. Por cierto, ¿a qué vienen lo de las flores de Hibisco? Prefiero las de Misaki Se encogió de hombros, acercándose al hombre para tenderle el rollo de papel ¿Algo más? ¿Unos bizcochitos, piscolabis, Shishkebab? No, en serio, a mí me apetece picotear algo, así que no me es molestia añadió, dando una vuelta a su alrededor hasta que se apoyó contra la pared, perdiendo de nuevo su mirada a su alrededor. Parecía medio ido, a decir verdad, aunque también atento a todo lo que ocurría

Hum... ¿A qué hora era la reunión, dices?

Después de que la jovencita se fuera, apoyé el codo en la mesa y la cabeza en la mano, suspirando de cansancio. Volví a oír nuevos gritos desde el patio y suspuse que la gente se estaría poninedo de los nervios.

Sin embargo, justo entonces, alguien entró por la puerta sin llamar. Alcé la cabeza y mi rostro se tranformó en una expresión alegre aunque cautelosa. No le conocía en persona pero si le había visto en foto.

-Nas, Capi...-Bakamaru, aquel chico de la 12 al que habían trasladado con la excusa de la estructuración- aquí tengo el encarguito que me pediste.- Por cierto, ¿a qué vienen lo de las flores de Hibisco? Prefiero las de Misaki- Se encogió de hombros, acercándose. Me tendió el sobre que me indicaba su estado de carga de spiritrones, tal y como le había dicho a Hana que hiciera

-¿Algo más? ¿Unos bizcochitos, piscolabis, Shishkebab? No, en serio, a mí me apetece picotear algo, así que no me es molestia -añadió, dando una vuelta a su alrededor hasta que se apoyó contra la pared, perdiendo de nuevo su mirada a su alrededor. Me recordó bastante a mi pobre antiguo compañero destinado a ser capitán de la 12 en estos tiempos... no sabía muy bien por qué...


-Hum... ¿A qué hora era la reunión, dices?

Meneé la cabeza algo sonriente y me rasqué la cabeza.

-Vamos por partes. Ya que has cumplido con tu parte del encoargo te diré que las flores de las que te habló Hana-chan no son flores comunes. Quizá se le olvidó mencionarte el término completo...

Me incliné sobre la mesa.

-Un día de estos podrías indagar un poco sobre las seis flores del escudo de Hibiscus... si buscas bien seguro que encuentras algo que te sirva.

Exhalé un suspiro.

-Bueno, la reunión... tendría que ir yendo, seguro que luego se arma un buen alboroto... podrás comer luego si no tienes nada que hacer...

Hice un gesto con la mano.

-Puedes irte.